Tribuna

Yago dormido

Es de reconocer que las carreras de medio fondo y fondo me acaban cargando. Es que tener que ver un cinco o un diez mil desde el primer metro hasta el último enterito y sin apenas interrupciones casi siempre ha sido demasiado para mí, ¡qué le voy a hacer, soy saltador!Hombre, suele haber excepciones como la final de 10.000 del Mundial de Roma, que Kipkoech dinamitó desde el primer metro y que me tuvo alucinado durante media hora, pero no es más que eso, una excepción.

Sin embargo, hoy me lo voy a pasar estupendamente: compite Yago Lamela, y por lo tanto tengo asegurada una buena ración ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Es de reconocer que las carreras de medio fondo y fondo me acaban cargando. Es que tener que ver un cinco o un diez mil desde el primer metro hasta el último enterito y sin apenas interrupciones casi siempre ha sido demasiado para mí, ¡qué le voy a hacer, soy saltador!Hombre, suele haber excepciones como la final de 10.000 del Mundial de Roma, que Kipkoech dinamitó desde el primer metro y que me tuvo alucinado durante media hora, pero no es más que eso, una excepción.

Sin embargo, hoy me lo voy a pasar estupendamente: compite Yago Lamela, y por lo tanto tengo asegurada una buena ración de salto de longitud.

Estéticamente me gusta más el triple, pero la final de hoy me hará gastar una buena dosis de adrenalina, pipas y uñas.

Más información

Por cierto, quizás las personas que no viven de cerca el deporte se piensen que detrás de un superclase como Yago hay mucha mística a la hora de prepararse; y aunque algo hay (sobre todo por parte de Juanjo, su entrenador) él es mucho más pragmático y duerme.

Si ustedes han visto la película Blade runner, al final, cuando el último robot es detenido y está a punto de morir, le relata a Harrison Ford una serie de maravillas que ha visto a lo largo de su corta vida y que se perderán en el tiempo.

Yo también podría contarles un buen puñado de cosas excepcionales que he visto: Sotomayor saltando 2,36 con seis apoyos y arrancando el tartán del suelo mientras corría, Carl Lewis haciendo 19,92 en Vallehermoso, Markov saltando a la pata coja con 150 kilos a la espalda, Juantorena corriendo un relevo que... y a Yago durmiendo, "qué espectáculo". En cualquier lugar, posición y a cualquier hora.

Su dormir va más allá de la simple anécdota, también le refleja como atleta; es capaz de saltar cuesta arriba, con viento en contra y, si se le obligara, arrastrando un carro con bueyes. Es tan desproporcionado en su sueño y en su forma de actuar cuando salta que me asusta, no soy capaz de detectar dónde están sus límites; si saltase 10 metros me alegraría, pero no me asombraría. Un par de detalles, un superclase como Corgos parece que no lo fue, y Yago está haciendo pasar inadvertido a un saltador español que tiene 8,17.

¡Uy!, las pipas, que aún no las he comprado.

Arturo Ortiz es plusmarquista español de salto de altura.

Archivado En