Triple corona para Tarasov

El ruso sucede dignamente al hexacampeón ucranio Bubka

Si alguien merecía heredar el trono en los Mundiales del ucranio Sergéi Bubka, uno de los más grandes atletas de todos los tiempos, era el ruso Maxim Tarasov. Fue campeón olímpico en Barcelona 92 (cuando falló Bubka), europeo en Budapest 98 y ahora mundial en Sevilla. España le da suerte. Es, desde el declive del atleta de Donetsk, el más regular en las grandes alturas y el que más se ha acercado, con 6,05 metros, a los 6,14 que puso como techo asombroso su ex compatriota en la Unión Soviética. Esta marca la consiguió el pasado 16 de junio en Atenas, y quedó oscurecida porque el mismo día Maur...

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Si alguien merecía heredar el trono en los Mundiales del ucranio Sergéi Bubka, uno de los más grandes atletas de todos los tiempos, era el ruso Maxim Tarasov. Fue campeón olímpico en Barcelona 92 (cuando falló Bubka), europeo en Budapest 98 y ahora mundial en Sevilla. España le da suerte. Es, desde el declive del atleta de Donetsk, el más regular en las grandes alturas y el que más se ha acercado, con 6,05 metros, a los 6,14 que puso como techo asombroso su ex compatriota en la Unión Soviética. Esta marca la consiguió el pasado 16 de junio en Atenas, y quedó oscurecida porque el mismo día Maurice Greene batió el récord del mundo de 100 metros con 9.79. Ayer le sucedió algo semejante, en esta ocasión con Michael Johnson y los 400.Era justo que fuera para él la primera edición libre ya del dominio del más grande pertiguista de la historia, el único ganador de las seis primeras, récord absoluto en los campeonatos, incluidas todas las pruebas.

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Tarasov, de 29 años, hizo el concurso clásico y regular que le caracteriza. Asegurando las alturas necesarias, sin alardes. Pasó los 5,50 iniciales, saltó al primer intento los 5,70, dejó los 5,80 y también franqueó a la primera los 5,90. A esta altura, con la penuria actual, ya estaban las medallas. El sorprendente israelí, de origen ruso, Alexandr Averbuj ganó el bronce con 5,80. Sólo quedaba como enemigo para el oro el ahora australiano, de origen bielorruso, Dimitri Markov. El podio, así, era completamente de la antigua URSS.

Markov empezó haciendo el mismo concurso que Tarasov. Dejó los 5,50 y 5,80, y saltó al primer intento los 5,70 y 5,90. El mano a mano estaba servido. Pero mientras Tarasov intentó la siguiente altura de 5,96, Markov, en una jugada peligrosa (no para la medalla, pero sí para el oro), dejó pasar la altura y esperó a los 6,02, que habría sido su marca personal. Y la jugada casi le salió, porque Tarasov sólo superó los 5,96 en un tercer intento sensacional de precisión. Pero el ruso, envalentonado por ello, aunque con suerte porque rozó el listón, saltó los 6,02 y puso el concurso y la medalla de oro en su bolsillo.

El español Montxu Miranda no pudo participar en la final, por culpa de una lesión que se produjo durante los saltos de calentamiento. El esguince no es grave, pero le impidió saltar con los más grandes. Sin embargo, su gran objetivo de colocarse entre los mejores estaba ya conseguido desde el martes. Sólo se perdió la satisfacción de disfrutarlo.

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