Una carta para Yago

Juanjo Azpeitia, entrenador de Lamela, acostumbra a escribirle un mensaje cada vez que participa en una gran competición. Hace unos meses, en el campeonato del mundo de pista cubierta en Japón (donde logró su sensacional marca de 8,56), Azpeitia se lo envió desde Avilés por correo, porque no pudo acudir con él. Pero ahora en Sevilla se lo entregó en mano. Y dice así:"Cada una de las cosas que preveo que van a suceder, tú dices "hágase", y suceden. Me he esforzado por transmitirte mis saberes, mis sentimientos; me he esforzado por abrir una brecha que te libere de lamentaciones y resentimientos...

Juanjo Azpeitia, entrenador de Lamela, acostumbra a escribirle un mensaje cada vez que participa en una gran competición. Hace unos meses, en el campeonato del mundo de pista cubierta en Japón (donde logró su sensacional marca de 8,56), Azpeitia se lo envió desde Avilés por correo, porque no pudo acudir con él. Pero ahora en Sevilla se lo entregó en mano. Y dice así:"Cada una de las cosas que preveo que van a suceder, tú dices "hágase", y suceden. Me he esforzado por transmitirte mis saberes, mis sentimientos; me he esforzado por abrir una brecha que te libere de lamentaciones y resentimientos. Y entendiste que en el salto todas las cosas colaboran en nuestro bien.

Supiste desprenderte de los ayeres y liberarte de la esclavitud que supone la ansiedad. Ahora en plena libertad, estás vivo y arriesgas en el ahora, porque la vida es eso: el ahora, tu ahora.

Pero sin casi percibirlo, siento que tienes un gran alivio, un alivio por no soñar con codicia y ambición. Y ésa es la liberación, desprenderse del mañana para respirar el ahora, un ahora arriesgado y vibrante, sin arraigos con el pasado, sin la prisión del futuro. Ahora, tienes la victoria de los libertadores".