CDC irrita a sus socios de Unió al insistir sobre una posible fusión
Convergència ha hecho oídos sordos a la petición de Josep Antoni Duran Lleida de zanjar el debate sobre la posible fusión de Unió y Convergència. La dirección de CDC insistió de nuevo ayer en que ambos partidos deben abordar su futuro como coalición en la próxima legislatura y en que se plantee una discusión a fondo sobre el proceso de unificación orgánica. Los democristianos consideraron el gesto de sus socios una provocación en toda regla y su portavoz, Eugeni Pérez-Moreno, lo calificó de "gravísima irresponsabilidad".
En vísperas de la campaña electoral afloran de nuevo las viejas di...
Convergència ha hecho oídos sordos a la petición de Josep Antoni Duran Lleida de zanjar el debate sobre la posible fusión de Unió y Convergència. La dirección de CDC insistió de nuevo ayer en que ambos partidos deben abordar su futuro como coalición en la próxima legislatura y en que se plantee una discusión a fondo sobre el proceso de unificación orgánica. Los democristianos consideraron el gesto de sus socios una provocación en toda regla y su portavoz, Eugeni Pérez-Moreno, lo calificó de "gravísima irresponsabilidad".
En vísperas de la campaña electoral afloran de nuevo las viejas discrepancias cuando hace tan sólo un mes los líderes de la coalición se comprometieron públicamente a celebrar sus bodas de plata y permanecer unidos hasta el 2010. Era la foto del documento Horitzó 2010 que CiU quiso ofrecer a los electorales en contraposición a lo que denominaron "ausencia de programa y equipo" del socialista Pasqual Maragall. Ni aquel compromiso, ni las palabras de Duran Lleida el jueves pidiendo a Convergència que deje a Unió tranquila han servido para calmar las hostilidades. Ayer, el secretario de organización de CDC, Felip Puig, volvió a insistir sobre el tema y se pronunciaba abiertamente a favor de abordar "a fondo" un proceso de fusión en la próxima legislatura. "Desde el año 1978, en que se firmó el primer acuerdo de coalición los dos partidos han coexistido. En este futuro próximo habrá que redefinir las pautas de coordinación y ver las diferencias y los mecanismos locales que abren grietas entre los dos partidos", afirmó Puig. El dirigente nacionalista aportó diversas soluciones: fusión de UDC y CDC, el modelo de la UDF o la refundación de un nuevo partido. En cualquier caso, el secretario de organización convergente se mantenía firme en que CiU debe ser una coalición "moderada" pero "radical" en los principios de defensa de Cataluña. El secretario general de Convergència, Pere Esteve, fue mucho más sutil en sus declaraciones. Tras mostrarse de acuerdo con Duran Lleida en que la prioridad absoluta de CiU era ganar las elecciones autonómicas de otoño y que el documento Horitzó 2010 continuaba vigente, Esteve apostó por negociar en la próxima legislatura "la forma" en que ambos partidos llegarán unidos a esa deseada fecha. Irresponsabilidad de CDC En Unió Democràtica las declaraciones persistentes de sus socios cayeron ayer como un jarro de agua fría. Convergència había desafiado a Duran Lleida insistiendo en un debate que el máximo líder democristiano había intentado zanjar el día anterior. El portavoz de UDC, Eugeni Pérez-Moreno, calificó el gesto y las manifestaciones de Felip Puig de "gravísima irresponsabilidad" y advirtió que ello podía provocar una profunda grieta entre ambos partidos. El portavoz democristiano intentó, no obstante, quitar hierro a la polémica y agregó que su partido renunciaba "responsablemente" a abordar de nuevo el tema. "El trabajo de unos y otros, y también el de Felip Puig", comentó Pérez-Moreno, "no consiste ahora en abordar lo que tenemos que hacer después de las elecciones, sino en centrarse en lo que tenemos que hacer de aquí a las elecciones para ganarlas brillantemente". El portavoz recordó las palabras de Duran Lleida en el sentido de que la militancia democristiana ya se ha pronunciado en diversas ocasiones en contra de la fusión con CDC.