Huye de Palma el yate del príncipe de Qatar pese a una orden judicial

El yate Constellation, propiedad del príncipe Jassim Bin Hamad Al Thani de Qatar, que el pasado jueves embistió a un transbordador de pasajeros en el puerto de Ibiza, abandonó ayer por la tarde el Club del Mar de Palma haciendo caso omiso de la orden de inmovilización provisional dictada por un juzgado ibicenco. Fuentes de la investigación aseguraron que el barco de recreo abandonó el puerto palmesano hacia las cuatro de la tarde, pese a que una patrullera de la Guardia Civil del Mar intentó interceptarlo, por orden del juzgado de Ibiza, utilizando incluso señales marítimas para obligar al ya...

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El yate Constellation, propiedad del príncipe Jassim Bin Hamad Al Thani de Qatar, que el pasado jueves embistió a un transbordador de pasajeros en el puerto de Ibiza, abandonó ayer por la tarde el Club del Mar de Palma haciendo caso omiso de la orden de inmovilización provisional dictada por un juzgado ibicenco. Fuentes de la investigación aseguraron que el barco de recreo abandonó el puerto palmesano hacia las cuatro de la tarde, pese a que una patrullera de la Guardia Civil del Mar intentó interceptarlo, por orden del juzgado de Ibiza, utilizando incluso señales marítimas para obligar al yate a regresar a puerto. Tres horas después de producirse estos hechos, el yate no había regresado aún a puerto, explicaron en el Club del Mar.Aunque oficialmente ni la Comandancia de la Guardia Civil ni la Delegación del Gobierno informaron sobre el incidente, los encargados de aclarar la huida confían en que tarde o temprano retorne a Palma, ya que la orden judicial de paralización le impedirá atracar en cualquier otro puerto.

El Constellation colisionó el jueves contra el buque Formentera Jet, de la compañía Balearia, que hacía el trayecto Ibiza-Denia-Palma y que sufrió graves daños materiales. El accidente ocurrió a las ocho de la tarde, diez minutos después de que desembarcaran los pasajeros del transbordador de la empresa marítima. En declaración jurada, el capitán del yate atribuyó la colisión a un fallo mecánico ocasionado por la rotura de una pieza electrónica del motor.

El director general de Balearia, Adolfo Utor, aseguró ayer que los desperfectos han sido valorados en más de 600 millones que incluyen el lucro cesante, la reparación del buque, los daños a la imagen de la empresa y los posibles perjuicios a terceros, ya que algunos pasajeros pueden demandar a la empresa por dejar de prestar el servicio, al quedar el barco inutilizado.

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