Objetivo: 350 ciudades
La presidencia federal de IU aprobó ayer una resolución en la que conmina a sus organizaciones territoriales y locales de toda España a apoyar la constitución de gobiernos progresistas en unas 350 ciudades, de las cuales en 130 podría haber alcaldes de IU. El cambio de estrategia con respecto a 1995, cuando la izquierda perdió el control de muchos ayuntamientos por el desacuerdo de PSOE e IU, supone que ahora, con las mismas condiciones, un pretendido programa de progreso y una simple consulta -sin votación- a los afiliados, la dirección exija una alianza que entonces se rechazó de plano....
La presidencia federal de IU aprobó ayer una resolución en la que conmina a sus organizaciones territoriales y locales de toda España a apoyar la constitución de gobiernos progresistas en unas 350 ciudades, de las cuales en 130 podría haber alcaldes de IU. El cambio de estrategia con respecto a 1995, cuando la izquierda perdió el control de muchos ayuntamientos por el desacuerdo de PSOE e IU, supone que ahora, con las mismas condiciones, un pretendido programa de progreso y una simple consulta -sin votación- a los afiliados, la dirección exija una alianza que entonces se rechazó de plano. Es un cambio radical de comportamiento respecto a 1995. Así lo aceptó ayer el responsable del área municipal, Francisco Herrera, aunque el máximo responsable de IU, Julio Anguita, subrayó en el mismo acto que no es la coalición la que ha cambiado sino el PSOE.
El pasado martes, Herrera llegó a un principio de acuerdo con su homólogo en el PSOE, Alfonso Perales, para propiciar esos acuerdos allí donde ambas fuerzas han sido las más votadas y con el compromiso de que gobernase el candidato de la lista más votada. Ayer, ante Anguita, Herrera matizó que será así en el 98% de los casos, excepto insalvables rencillas personales o históricas, pero también recalcó que IU consultará con sus afiliados y fijará un programa progresista de gobierno.
Anguita sostuvo ayer que eso es lo que se requirió al PSOE en 1995. Pero IU no sólo apoyará al candidato más votado del PSOE u otra formación progresista o dejará que los socialistas les respalden con sus ediles. Quiere gobernar en común para aplicar algunas de sus medidas de "especificidad" sobre cinco millones de ciudadanos.