Reportaje:

La vuelta a la ortodoxia

El electorado de izquierda ha optado históricamente por toda una serie de siglas, desde el original Partido Comunista hasta Esquerra Unida pasando por una oferta fragmentada entre Izquierda Unida y el Partido de los Trabajadores de España, Unidad Comunista o el Partido Comunista de los Pueblos de España. Los votos del referente principal han oscilado entre los 100.000 votos obtenidos en las elecciones generales de 1986 y los casi 300.000 que Esquerra Unida sumó en las últimas generales de 1996. El Partido Comunista de España era una organización política sólida y asentada cuando se celebraron...

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El electorado de izquierda ha optado históricamente por toda una serie de siglas, desde el original Partido Comunista hasta Esquerra Unida pasando por una oferta fragmentada entre Izquierda Unida y el Partido de los Trabajadores de España, Unidad Comunista o el Partido Comunista de los Pueblos de España. Los votos del referente principal han oscilado entre los 100.000 votos obtenidos en las elecciones generales de 1986 y los casi 300.000 que Esquerra Unida sumó en las últimas generales de 1996. El Partido Comunista de España era una organización política sólida y asentada cuando se celebraron las primeras elecciones democráticas en 1977. Los comunistas sumaron en la Comunidad Valenciana cerca de un 9% de los votos, muy por encima de la entonces Alianza Popular. El voto comunista siguió una carrera ascendente en territorio valenciano y sumó un 12% de los votos válidos en las generales de 1979. En la misma fecha, el PCE logró el mejor resultado de su historia reciente en porcentaje de votos en las elecciones municipales, en las que arrastró a un 14,3% de los votantes valencianos. Los problemas entre los sectores más o menos ortodoxos y el irresistible ascenso de los socialistas provocó el descenso más pronunciado del voto obtenido por los comunistas valencianos. El PCE acudió a las urnas en 1982 junto al Partit Comunista del País Valencià (PCPV). El bofetón fue considerable. Apenas un 4,49% de los votantes mantuvieron su fidelidad a las siglas históricas del comunismo. Las elecciones autonómicas y municipales de 1983 supusieron un balón de oxígeno para las siglas conjuntas PCE-PCPV. Los comunistas superaron 140.000 votos en las autonómicas y sumaron 160.000 en las elecciones municipales paralelas. La ruptura en el seno del PCE entre los seguidores de Santiago Carrillo y otros sectores provocó un severo descenso del voto en la siguiente convocatoria electoral. El Partido de los Trabajadores de España y Unidad Comunista (PTE-UC) presentaron candidaturas conjuntas en las tres provincias de la Comunidad Valenciana y arrebataron al tronco central de los comunistas casi 40.000 votos. El PCE-PCPV apenas logró convocar a un 4,6% de los votantes valencianos. El PTE desembocó en tromba en el seno de la gran familia socialista y los comunistas optaron por renunciar a sus siglas históricas para levantar el vuelo. El PCE apadrinó una gran coalición a la que se sumó el PASOC - una formación muy minoritaria en la Comunidad Valenciana-, el denominado Partido Humanista y otros pequeños grupúsculos de la izquierda radical. La nueva coalición cerró un pacto electoral con la Unitat del Poble Valencià, el partido nacionalista que había entrado en la arena política valenciana en 1984. La suma de ambos partidos logró 160.000 votos. Por primera vez, el voto más izquierdista fue superior en las elecciones autonómicas que en la municipales celebradas en la misma fecha. EU-UPV logró casi el 8% de los votos en las elecciones autonómicas y poco más del 6% en las locales. El apoyo de EU, otra vez en solitario, creció casi dos puntos en las elecciones generales de 1989. La coalición de izquierda llegó a los 190.000 votos y superó el 9% de las papeletas. El experimento electoral con los nacionalistas no se repitió. La precipitada ruptura del grupo parlamentario en las Cortes Valencianas apenas seis meses después de las elecciones se tradujo en un divorcio definitivo. EU del País Valencià se presentó en solitario en las citas autonómica y municipal de 1991. Los porcentajes de voto fueron prácticamente idénticos en ambas convocatorias, ligeramente por encima del 7,5% y de los 150.000 votos. El crecimiento del voto de la coalición de izquierdas ha sido una constante desde entonces. EU superó el 10% de los votos válidos emitidos en la Comunidad Valenciana en las elecciones generales de 1993 y fulminó la barrera de los 250.000 votos. El caso de las elecciones europeas de 1994 es espectacular. EU apenas había superado el 5% en las convocatorias europeas de 1987 y 1989, pero logró un pico próximo al 15% en 1994 que no se ha vuelto a repetir y que sólo es comparable a los resultados de los comunistas históricos en las municipales de 1979. EU constituyó una coalición rojiverde ante las municipales y autonómicas de 1995. Els Verds se sumaron al proyecto de izquierda y aportaron un tinte ecologista al discurso. El experimento se tradujo en un crecimiento de cuatro puntos respecto a las mismas elecciones de 1991. El crecimiento en votos absolutos se mantuvo en las últimas elecciones generales. EU se acercó a los 300.000 votos en la Comunidad Valenciana en marzo de 1996, un máximo histórico. Desde entonces, la ofensiva de los comunistas por controlar la coalición de izquierdas desembocó en una ruptura significativa. El candidato a la presidencia de la Generalitat en 1995, Albert Taberner, y otros dos diputados autonómicos -sobre un total de 10- abandonaron el grupo parlamentario para fundar Nova Esquerra, una escisión que ha desembocado en las candidaturas socialistas ante la próxima cita electoral. El máximo responsable del PCPV, Joan Ribó, se ha convertido en cabeza de lista de la coalición de izquierdas. EU acude a las elecciones del 13 de junio en solitario y, más ortodoxa, ha apostado por un lema de corte laboral: Treballem per tú.

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