MOTOCICLISMO Gran Premio de Francia

Crivillé se afianza como líder

Àlex se exhibe en Paul Ricard y aumenta su ventaja al frente del Mundial de 500

Álex Crivillé agarró ayer con fuerza su papel de nuevo número uno del Mundial de motos. Realizó una carrera perfecta, muy inteligente, para ganar, exhibirse, demostrar superioridad a los rivales, convencer a los incrédulos y, sobre todo, destacarse al frente del campeonato del mundo de 500. La de Francia fue su segunda victoria de la temporada, consecutiva a la que consiguió dos semanas atrás en Jerez. Tal como la consiguió, difícilmente será la última.El noi de Seva ya infunde mucho respeto. Su triunfo en Paul Ricard, en la cuarta carrera de la temporada, significa que dispone de 26 puntos de...

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Álex Crivillé agarró ayer con fuerza su papel de nuevo número uno del Mundial de motos. Realizó una carrera perfecta, muy inteligente, para ganar, exhibirse, demostrar superioridad a los rivales, convencer a los incrédulos y, sobre todo, destacarse al frente del campeonato del mundo de 500. La de Francia fue su segunda victoria de la temporada, consecutiva a la que consiguió dos semanas atrás en Jerez. Tal como la consiguió, difícilmente será la última.El noi de Seva ya infunde mucho respeto. Su triunfo en Paul Ricard, en la cuarta carrera de la temporada, significa que dispone de 26 puntos de ventaja al frente del campeonato del mundo. También resultó rotunda la manera de ganar. Alguien a quien muchos apuntan como nuevo número uno tiene que demostrarlo sobre la pista, y Álex lo hizo ayer.

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No se puso nervioso cuando dos de sus rivales más peligrosos, el italiano Max Biaggi (Yamaha) y el estadounidense Kenny Roberts (Suzuki), se escaparon en el inicio. Tras la prematura caída del italiano, tampoco le inquietó que Roberts cobrara cuatro segundos de ventaja y que mandara durante 18 vueltas como lo había hecho para ganar los dos primeros grandes premios de la temporada, en Malaisia y Japón. Pasados los primeros momentos, Crivillé ejerció de maestro, de dominador. Su estrategia fue la más inteligente, acompañada por una superioridad mental y una motivación que pocas veces se le habían visto. Así recortó progresivamente la distancia que le llevaba el estadounidense, hasta colocarse de nuevo a su estela para presionarle primero, adelantarle después y aumentar el ritmo más tarde hasta provocar su error.

Roberts, que había empezado la carrera de ayer sólo un punto por detrás del piloto español en el Mundial, se fue por los suelos cuando quiso mantenerse tras Crivillé. A partir de ahí, las últimas 10 vueltas se convirtieron en un paseo militar para la Honda número tres. El segundo, el también estadounidense John Kocinski (Honda), quedaba ya a más de diez segundos.

Crivillé se permitió incluso aflojar en la última vuelta para saborear el éxito y compartirlo con los numerosos aficionados españoles que se desplazaron hasta el circuito, situado en el sur de Francia, apenas a cinco horas de viaje desde la frontera. De los 51.000 espectadores que estuvieron ayer en el Paul Ricard, medio centenar pertenecían al club de fans de Álex.

"Estoy muy satisfecho porque ha sido una carrera inteligente por mi parte", explicó el piloto catalán. "Este resultado representa un paso adelante para el Mundial. Quedan muchas carreras, pero hoy la operación ha sido redonda, pues ni Biaggi ni Roberts han sumado puntos". Durante la carrera y después de ella, Crivillé siguió actuando como el número uno, como ese heredero de Doohan que el campeonato del mundo busca actualmente.

El éxito de ayer, además, tuvo una dedicatoria especial: "Sí, para mi madre, que la operaron la semana pasada de la vista. Al principio no quería que corriera, después no quería ver las carreras y ahora ella es la que más me empuja y me dice que tengo que ser campeón".

Precisamente para pasar unas horas en casa de su madre, en Seva, Álex se marchó del circuito inmediatamente después de la carrera en un avión privado. En eso también se nota que es el nuevo número uno. En eso y en que no deja de trabajar para mejorar: el miércoles vuelve a entrenarse en Brno (República Checa). En algunas cosas, afortunadamente, Crivillé sigue siendo el mismo de siempre: ayer fue la última persona en abandonar la sala de prensa después de atender a todos los periodistas, incluso los más modestos.

Alzamora se abona al podio

De los españoles que compiten en las cilindradas menores, Emilio Alzamora (Honda) se consolida como valor seguro. Cuatro carreras, cuatro podios en 125. Aún no ha conseguido ningún triunfo este año, pero siempre está entre los mejores, y ocupa la segunda posición del campeonato, a 20 puntos del líder, el japonés Masao Azuma (Honda).En Francia, terminó tercero por tercera vez consecutiva. Su moto era de las que menos corrían, pero sus frenadas y su motivación le llevaron al cajón. El italiano Roberto Locatelli (Aprilia) logró la primera victoria de su vida, seguido del ídolo local, Arnaud Vincent (Aprilia), enrolado en el equipo de Jorge Martínez, Aspar. Los otros españoles fueron: Gelete Nieto (Honda) 12º, Jerónimo Vidal (Aprilia) 14º y Pablo Nieto (Derbi) 18º.

En 250 también se estrenó el japonés Tohru Ukawa (Honda), en una carrera accidentada en la que el italiano Valentino Rossi abandonó en la última vuelta, cuando era líder, porque se le soltó la cadena de su Aprilia. Tampoco acabó el campeón del mundo Loris Capirossi (Honda), víctima de una caída. Entre los españoles, fue 12º Fonsi G. Nieto (Yamaha), 19º Lucas Oliver (Yamaha), y David García (Yamaha) abandonó.

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