Tribuna

El corte bueno

Ya hemos pasado la primera etapa de las que cuentan. Las otras también contaban claro, por el desgaste que provocaban, pero ésta ya empezaba a contar en tiempo. Era también de las que teníamos apuntadas para que Piepoli o Jiménez intentaran algo importante, para jugárnosla con ellos, y, de hecho, nos lo hemos trabajado bastante bien el equipo todo el día. Yo me metí en el corte bueno, primero con Piccoli y Peron. Después se sumaron Richard, Perdiguero y Chepe, y más tarde Buenahora y Petacchi. Hemos tirado para adelante, pero el terreno era superduro y nos ha costado muchísimo abrir hueco. Tod...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Ya hemos pasado la primera etapa de las que cuentan. Las otras también contaban claro, por el desgaste que provocaban, pero ésta ya empezaba a contar en tiempo. Era también de las que teníamos apuntadas para que Piepoli o Jiménez intentaran algo importante, para jugárnosla con ellos, y, de hecho, nos lo hemos trabajado bastante bien el equipo todo el día. Yo me metí en el corte bueno, primero con Piccoli y Peron. Después se sumaron Richard, Perdiguero y Chepe, y más tarde Buenahora y Petacchi. Hemos tirado para adelante, pero el terreno era superduro y nos ha costado muchísimo abrir hueco. Todas las referencias que nos daban eran frustrantes, 40, 50, 40 segundos. No pasábamos del minuto. Se veía que venían a tope detrás a por nosotros. Yo intentaba animarme y animar a la gente para que siguiera tirando y no cejara, diciéndome y diciendo que atrás iban a desgastarse mucho y que ya nos beneficiaríamos después. Pero era un terreno muy difícil y sabíamos que no teníamos nada que hacer. Lo único, lograr que atrás se cansaran. Cuando nos han cogido, a falta de 23 kilómetros, he bajado a por agua para Piepoli y Jimmy y he dado por terminada mi jornada. Otros compañeros, Zülle y Peña, entraban en acción. Empezaron a tirar en lo duro de la subida porque confiábamos mucho en Jimmy, pero, desgraciadamente, ha sido el día de los pinchazos. Jiménez había pinchado de salida, y luego al final. Me ha contado que ha ido disimulando como podía, porque no se atrevía a que los demás se dieran cuenta de cómo iba, pero que enseguida iba en la llanta y pasándolas canutas en las curvas, donde perdía tiempo. Al final, cuando era recto, ha terminado muy bien, recuperando tiempo y pasando unos cuantos grupos. Pero estamos un poco tristes por eso, porque si no pincha, con lo bien que estaba, seguro que hace algo.

Archivado En