GENTE

SOLIDARIDAD INESPERADA

Muradip Krasniji, un refugiado albanokosovar que integró un grupo de 132 que la pasada semana llegó a la ciudad sueca de Eslöv, en el extremo sur del país, fue gratamente sorprendido por una inesperada y espontánea muestra de solidaridad protagonizada por los empleados de la tienda principal de la ciudad. Cuando Krasniji, que vive en casa de un pariente que ya vivía en Eslöv, ingresó en el local para hacer algunas compras fue reconocido como la misma persona cuya foto, ilustrando una dramática entrevista, había aparecido en el diario regional Kvällposten (El Correo de la Tarde) e...

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Muradip Krasniji, un refugiado albanokosovar que integró un grupo de 132 que la pasada semana llegó a la ciudad sueca de Eslöv, en el extremo sur del país, fue gratamente sorprendido por una inesperada y espontánea muestra de solidaridad protagonizada por los empleados de la tienda principal de la ciudad. Cuando Krasniji, que vive en casa de un pariente que ya vivía en Eslöv, ingresó en el local para hacer algunas compras fue reconocido como la misma persona cuya foto, ilustrando una dramática entrevista, había aparecido en el diario regional Kvällposten (El Correo de la Tarde) el día anterior. El encargado del supermercado, Carl Johan Kvist, contó que de inmediato consultó con sus compañeros y decidieron hacer una colecta, a 50 coronas por cabeza, que reunió unas 25.000 pesetas, que invirtieron en la adquisición de comestibles y artículos de higiene, hasta llenar dos carritos, para regalárselos. Krasniji no salía del asombro ante el gesto de solidaridad, y además porque todo eso que le entregaban gratis había sido lo que más había deseado durante los días en que deambuló por las montañas de su país en busca de un refugio seguro.- ,

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