PAU JOAN HERNÁNDEZTRADUCTOR DE EUSKERA

"Traducir de una lengua tan alejada de la tuya te permite ser más libre"

Cree que es el único que en este momento traduce desde el euskera al catalán sin recalar en el castellano. Pau Joan Hernández (Barcelona, 1967) ha convertido Zeru horiek, de Bernardo Atxaga, en Aquells cels. Este traductor profesional que trabaja sobre todo con el catalán, el castellano, el gallego y el francés se enganchó a la lengua vasca en la Universidad de Barcelona. Un profesor, el catedrático Ibon Sarasola, les propuso a él y sus compañeros que estudiaran "una lengua que no tuviera nada que ver con nada", el euskera, para que descubrieran en primera persona que el universo lingüístico v...

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Cree que es el único que en este momento traduce desde el euskera al catalán sin recalar en el castellano. Pau Joan Hernández (Barcelona, 1967) ha convertido Zeru horiek, de Bernardo Atxaga, en Aquells cels. Este traductor profesional que trabaja sobre todo con el catalán, el castellano, el gallego y el francés se enganchó a la lengua vasca en la Universidad de Barcelona. Un profesor, el catedrático Ibon Sarasola, les propuso a él y sus compañeros que estudiaran "una lengua que no tuviera nada que ver con nada", el euskera, para que descubrieran en primera persona que el universo lingüístico va más allá de las lenguas romances o germánicas, relata Hernández en conversación telefónica desde Barcelona. Al acabar la carrera había dado "tres años de vasco". Siguió "por libre, con el Bakarka y el Bai horixe", dos métodos para aprender a solas. La experiencia le ha demostrado que "traducir de una lengua tan alejada de la tuya te permite ser más libre". Y explica: "Cuando las lenguas son más cercanas existe en riesgo de caer en el calco, lo que con el vasco se difumina en gran medida". Fue hace unos cuatro años cuando recibió la primera propuesta para traducir desde el euskera a su lengua materna. También era un libro del escritor de Asteasu, Gizona bere bakardadean o El hombre solo. Como ocurre con Esos cielos, "son dos libros diferentes, ambos escritos por Atxaga". Entonces trabajó con los textos originales en lengua vasca y castellana. "Tomé el camino de enmedio y el resultado fue lo más parecido a una fusión de ambos". Fue una tarea demasiado ardua que no ha vuelto a repetir, ni con textos de Atxaga, ni de Mariasun Landa o Juan Mari Irigoyen, otros autores que ha traducido desde el vascuence. Cargado de diccionarios y gramáticas lo traduce con soltura. Pero a la pregunta de qué tal lo habla, responde: "Para bajar al bar de abajo puedo sudar tinta". Aquells cels es parte de la Biblioteca Bernardo Atxaga que acaba de inaugurar la editorial catalana La Magrana. La completan, por ahora, la recopilación de cuentos Un traductor a París i altres relats (publicados por separado en prensa o ediciones reducidas) y una reedición de Obabakoak, descatalogada desde hace años en catalán. El traductor relata que el editor le miró con incredulidad cuando le explicó que había que elegir una de las versiones, la vasca o la castellana, porque "son diferentes". "Bastó que leyéramos juntos dos páginas, él en castellano mientras yo le traducía de modo improvisado, para que se diera cuenta". Hernández afirma trabajar con textos de Atxaga es más sencillo que con la literatura infantil y juvenil de Landa o el Babilonia de Irigoyen. "La complejidad de Atxaga está en su peculiar discurso, pero la gramática es diáfana. Lo que hay que lograr es que el lector respire los ritmos con los que él escribe". Tampoco es la primera vez que La Magrana edita un texto en catalán partiendo directamente del vascuence. Su director, Carles-Jordi Guardiola, cuenta desde Barcelona que ya en 1985 publicó un "álbum de Atxaga ilustrado por Juan Carlos Eguillor". Asegura que desde entonces le es fiel. Aquella traducción fue obra de Josep Daurella, hoy fallecido. La colección Atxaga nació en febrero con vocación de continuidad. Concluidas las traducciones de Zeru horiek y el único relato en euskera de Un traductor a París, "me dijo que le habían gustado", cuenta Hernández. El escritor, que vivió en Barcelona, "maneja bastante bien el catalán".

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