El PSN rechaza pactar con el nacionalismo mientras persista en su estrategia "anexionista" Los socialistas navarros piden a EA y PNV que acaben con sus continuas "provocaciones"

Los socialistas navarros consideran "imposible" cualquier colaboración política con los partidos nacionalistas vascos en las actuales circunstancias, marcadas por la estrategia "anexionista del Pacto de Estella", frente a la defensa realizada por el PSN de marco constitucional y estatutario, y menos incluso con EH "mientras exista la violencia y no la condenen expresamente". Así se recoge en el documento de programa electoral del PSN-PSOE aprobado por unanimidad del Consejo regional del partido, reunido en la noche del pasado viernes en la capital navarra.

En el PSN-PSOE se ha recibido ...

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Los socialistas navarros consideran "imposible" cualquier colaboración política con los partidos nacionalistas vascos en las actuales circunstancias, marcadas por la estrategia "anexionista del Pacto de Estella", frente a la defensa realizada por el PSN de marco constitucional y estatutario, y menos incluso con EH "mientras exista la violencia y no la condenen expresamente". Así se recoge en el documento de programa electoral del PSN-PSOE aprobado por unanimidad del Consejo regional del partido, reunido en la noche del pasado viernes en la capital navarra.

En el PSN-PSOE se ha recibido con gran malestar y un claro rechazo la noticia de que PNV y EA intentan que sus compañeros del PSE-EE acepten negociar un sistema de pactos múltiples con el nacionalismo que incluya a Navarra. La corriente de opinión unánime en el seno del PSN, segunda fuerza política de la comunidad con 11 escaños sobre 50, es totalmente contraria. Así lo recoge el programa electoral con el que se presentarán ante la sociedad navarra en las elecciones del 13-J: No a la configuración de un nuevo órgano de colaboración permanente con Euskadi; no rotundo "a la imposición al conjunto del pueblo navarro de la tesis nacionalista vasca de que Navarra es parte del territorio de Euskal Herria"; rechazo frontal "a configurar el futuro Gobierno de Navarra con el apoyo o la abstención pasiva" de EH e, incluso, una exigencia a los partidos nacionalistas para que "limiten su actuación a sus comunidades, y cesen en la estrategia de provocar a los ciudadanos navarros, ya sea mediante la realización de actos públicos en la Comunidad Foral, por medio de las declaraciones irrespetuosas con la voluntad de los navarros". Cambios de rumbo Los cerca de cien miembros del Consejo regional del PSN apoyaron el viernes unánimemente el documento elaborado por la Ejecutiva que preside el secretario general Juan José Lizarbe, candidato a la presidencia de Navarra. Lizarbe aspira a desplazar a UPN-PP del Gobierno foral, pero para ello no está dispuesto a suscitar ninguna duda en el electorado navarro sobre posibles cambios de rumbo en la configuración institucional de Navarra como comunidad diferenciada, y menos mediante cesiones al nacionalismo vasco a cambio del poder político. De ahí el rotundo planteamiento de rechazo a cualquier acuerdo con los nacionalistas moderados mientras apoyen "la agresión a Navarra" que representa el Pacto de Estella, según el programa electoral del PSN, y menos aún con EH "mientras exista la violencia y no la condenen expresamente". La renuncia previa reiterada por Lizarbe a presentarse siquiera como candidato a la presidencia de Navarra si para ello fuera necesario contar con la abstención de los parlamentarios de EH, cuyo ascenso electoral puede convertirlos en árbitro del próximo Ejecutivo, se gestó además en la cúpula del partido, en Madrid, y se plasmó en un documento propio, denominado Declaración de Navarra, que presentaron conjuntamente Joaquín Almunia y Juan José Lizarbe y que ahora han ratificado las bases. Fuentes del PSN-PSOE expresaron ayer perplejidad por el planteamiento de PNV y EA. La estrategia socialista pasa por configurar una coalición de gobierno alternativa a UPN-PP basada en la ocupación del espacio de centro-izquierda. Eso les lleva a constatar la necesidad de colaborar con los centristas de Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN), el partido de Juan Cruz Alli, con quienes ya gobiernan en el tripartito del Ayuntamiento de Pamplona, y, previsiblemente, con IU-EB de Navarra, una fuerza política dominada por los independientes, que rechaza abiertamente el marco de Lizarra y está dispuesta a colaborar con el PSN además de en Pamplona en toda Navarra para echar a la derecha del Gobierno. En ningún caso la estrategia socialista pasaría por integrar al nacionalismo en un hipotético gobierno. Las encuestas dan a UPN-PP la victoria electoral pudiendo superar el límite de los veinte escaños (ahora tiene 17). Si UPN no logra el apoyo de CDN, los socialistas podrían atraerse al partido de Alli para superar en votos al candidato de la derecha, el actual presidente Miguel Sanz, contando también con el apoyo de IU. Pero es entonces cuando la abstención de EH sería imprescindible para obtener más votos a favor que en contra y lograr el poder. Si EH votara en contra, el mecanismo automático de designación de la presidencia encumbraría a Sanz de nuevo.

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