Cartas al director

Unamuno

Veo en el número de EL PAÍS del jueves 11 de marzo una foto supuestamente de Unamuno joven que es en realidad de su hijo, mi tío José de Unamuno Lizárraga.Como no es la primera vez, salgo al paso para tratar de que esta falsedad no acabe convirtiéndose en una verdad histórica. Hay sobrada iconografía, tanto fotos como dibujos, del Unamuno joven para comprobar el error; recuérdese, por ejemplo, como detalle bien visible, que mi abuelo usó siempre barba (según testimonio de mi padre, Fernando, "no se afeitó nunca"), y con barba se le ve en sus primeros autorretratos y en sus primeras foto...

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Veo en el número de EL PAÍS del jueves 11 de marzo una foto supuestamente de Unamuno joven que es en realidad de su hijo, mi tío José de Unamuno Lizárraga.Como no es la primera vez, salgo al paso para tratar de que esta falsedad no acabe convirtiéndose en una verdad histórica. Hay sobrada iconografía, tanto fotos como dibujos, del Unamuno joven para comprobar el error; recuérdese, por ejemplo, como detalle bien visible, que mi abuelo usó siempre barba (según testimonio de mi padre, Fernando, "no se afeitó nunca"), y con barba se le ve en sus primeros autorretratos y en sus primeras fotos.

Por otro lado su hijo José, mi inolvidable tío Pepe, fue, aunque menos conocido, un personaje tan singular y genial como mi abuelo: matemático, médico, profesor, bohemio, universalmente escéptico, oficial improvisado de Artillería en el Ejército de la II República Española que acabó explicando Táctica Militar en una Academia (¿Almansa?), y no matemáticas, porque se aburría allí y se dedicó a leer los únicos libros que encontró en la biblioteca, lo que le convirtió pronto en el mejor especialista en el tema y, por encima de todo, en el buen sentido de la palabra, bueno; estoy seguro de que aún quedan por ahí algunos de sus muchísimos amigos que recuerden perfectamente su fisonomía.

Por cierto, y para terminar, he visto también alguna vez, junto a la de Pepe, y presentada como la mujer de Unamuno, la imagen de su hermana Felisa, que tuvo en Salamanca, donde vivió siempre, pero también en el resto del mundo a través de la Casa-Museo Unamuno, de la que se encargó muchos años, tantos amigos y conocidos como su hermano. Termino ya con la esperanza de que este correo llegue a puerto.-

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