Tribuna:

JESÚS DOMÍNGUEZ DRAMATURGO Y ACTOR "El teatro es un acto de resistencia"

,Jesús Domínguez, de 49 años, dramaturgo y actor, es autor de 60 obras teatrales, entre textos propios, piezas cortas y adaptaciones, algunas realizadas en colaboración con el también onubense José Luis Gómez. Actualmente trabaja en Contrabandistas, una obra sobre los piratas de principios de siglo en la provincia de Huelva. Pregunta. ¿Es difícil trabajar como dramaturgo en Huelva, una ciudad alejada de los circuitos teatrales? Respuesta. Es un acto heroico, pero alguien ha de estar aquí y yo tengo, además, razones sentimentales, de paisaje y paisanaje, para hacerlo. En Huelva se vive en p...

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,Jesús Domínguez, de 49 años, dramaturgo y actor, es autor de 60 obras teatrales, entre textos propios, piezas cortas y adaptaciones, algunas realizadas en colaboración con el también onubense José Luis Gómez. Actualmente trabaja en Contrabandistas, una obra sobre los piratas de principios de siglo en la provincia de Huelva. Pregunta. ¿Es difícil trabajar como dramaturgo en Huelva, una ciudad alejada de los circuitos teatrales? Respuesta. Es un acto heroico, pero alguien ha de estar aquí y yo tengo, además, razones sentimentales, de paisaje y paisanaje, para hacerlo. En Huelva se vive en paz y en calma, pero excesivamente lejos de la bolsa del teatro. Cuando uno decide que ésta es su profesión tiene que llamar a la puerta de otras ciudades y de otros entornos para sobrevivir. P. Usted dijo en una ocasión: "El coplero también tiene derecho a vivir bien". R. Recuerdo, en tiempos de la dictadura, que Enrique Morente comentó una noche: "A mí me gusta circular en Mercedes, ¿por qué no voy a aspirar a hacerlo por ser un cantaor de izquierdas?". El coplero tiene derecho a una buena vida, como cualquier ciudadano, porque está sujeto a la ley, al pago de impuestos, a las obligaciones laborales, y además ríe, llora y tiene descendencia, de la que es responsable. Aspira a una calidad de vida que le permita cantar las coplas bien. P. ¿Hacia dónde va el teatro? R. El teatro es, ante todo, un acto de resistencia. Vivimos una época en la que todo se quema rápidamente. La modernidad dura tres días. El teatro, como arte directo que es, necesita de una reflexión, porque de lo contrario caemos en las trampas del sistema, que a veces vienen dadas por lo moderno, lo actual. El teatro tiene que remontarse a su historia, a la memoria de un pueblo, a los clásicos. Los dramaturgos, al escribir, no podemos olvidar conceptos ideológicos, culturales, intelectuales, geográficos y sociales, aunque el resultado final no sea lo que se lleva en ese momento. P. ¿Cómo ha sido su colaboración con José Luis Gómez, con quien ha hecho Los entremeses, de Cervantes? R. Es una relación que viene de lejos. De maestro-alumno. Coincidimos en el concepto estético. Ambos creemos en el teatro de texto, en el trabajo con la palabra. En Los entremeses fui arreglista, ayudante de dirección y autor de los textos que se interpretaban en los intermedios del espectáculo, basados en el refranero español. Me inspiré en la estética del Siglo de Oro, de la que soy un seguido fiel. P. Usted está actualmente de gira por Andalucía con dos obras. R. Sí, son Últimos combates en Lepanto, que he escrito, y Palabras de amor, un recital sentimental del que también soy autor. El coplero nunca para.

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