El Rayo no supo ganar

El líder negoció un empate en Gijón que al final también dio por bueno un Sporting que volvió a jugar los últimos minutos con un hombre menos. La expulsión de Monchu, que supuestamente insultó a Hernández por propinarle un codazo que le hizo sangrar, dio una coartada a la afición local para dirigir todo su mal humor hacia el árbitro.El partido fue casi siempre muy igualado, con un Sporting presionado por la clasificación y temeroso de su rival. El Rayo no se permitió ningún lujo y dejó solo arriba a Bolo, aunque con la colaboración estelar de Luis Cembranos, el mejor jugador del partido. Un go...

El líder negoció un empate en Gijón que al final también dio por bueno un Sporting que volvió a jugar los últimos minutos con un hombre menos. La expulsión de Monchu, que supuestamente insultó a Hernández por propinarle un codazo que le hizo sangrar, dio una coartada a la afición local para dirigir todo su mal humor hacia el árbitro.El partido fue casi siempre muy igualado, con un Sporting presionado por la clasificación y temeroso de su rival. El Rayo no se permitió ningún lujo y dejó solo arriba a Bolo, aunque con la colaboración estelar de Luis Cembranos, el mejor jugador del partido. Un gol anulado a Bolo en el primer minuto acrecentó las dudas del Sporting, que estuvo a punto de dar en bandeja el 0-1 en una mala cesión de Salva que no aprovechó Estíbariz.

Apoyándose en Lediakhov, el jugador más iluminado de los gijoneses, el Sporting empezó a plantar cara y tuvo alguna aproximación al área, en la que se confirmó su falta de remate. En los últimos minutos el partido derivó hacia la bronca que se desató en el segundo tiempo por la actuación arbitral.

Ese segundo periodo prometía algo más de juego, al menos por parte sportinguista. Perovic echó alto un balón que le había llegado a placer en el segundo palo tras el saque de un córner. Poco después llegó la expulsión de Monchu y el partido como tal se acabó. El Sporting se echó atrás y el Rayo puso toda su artillería a funcionar. Sin embargo, no encontró huecos en la nutrida defensa del Sporting y Bolo desperdició la única ocasión clara en el último minuto en un remate forzado que se fue alto. El Rayo Vallecano cedió así temporalmente el liderato al Málaga, pero desaprovechó una buena oportunidad para imponer su jerarquía en la clasificación, sobre todo teniendo en cuenta los vuelcos que da la Segunda División.