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Sin gota de ánimo

De todos los problemas que llaman a la puerta del Atlético, el más grave es el de su depresión anímica. Los jugadores rojiblancos se caen a las primeras de cambio, se hunden al primer contratiempo. El mal es general y se vio el sábado ante el Mallorca.Y lo peor es que sucumben a la mínima los jugadores más insospechados, los más competitivos, los más curtidos... Hasta Chamot, por poner el ejemplo más dramático por lo inesperado. Pese a sus tablas, su experiencia en la Liga italiana y la selección argentina,Chamot no supo reponerse de su error en el primer tanto mallorquín. Un fallo que, por ot...

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De todos los problemas que llaman a la puerta del Atlético, el más grave es el de su depresión anímica. Los jugadores rojiblancos se caen a las primeras de cambio, se hunden al primer contratiempo. El mal es general y se vio el sábado ante el Mallorca.Y lo peor es que sucumben a la mínima los jugadores más insospechados, los más competitivos, los más curtidos... Hasta Chamot, por poner el ejemplo más dramático por lo inesperado. Pese a sus tablas, su experiencia en la Liga italiana y la selección argentina,Chamot no supo reponerse de su error en el primer tanto mallorquín. Un fallo que, por otra parte, puede suceder, un simple despeje pifiado. No dejó de ser un lance desgraciado, sólo atribuible al infortunio, pero Chamot lo interpretó co mo el fin del mundo.

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Y a partir de ese instante resolvió desconocidamente mal todas las jugadas defensivas: con pelotazos, sin agresividad, con dudas permanentes... Si se cae Chamot, el jefe anímico de este equipo, qué no va a ocurrir con el resto. Sólo los recién llegados parecen escapar a esta crisis psicológica: lo demostró también el sábado Fortune, que debutaba y no se dejó impregnar de la tristeza general.

Por ahí, por la reparación anímica del equipo, es por donde más trabajo tiene ahora Carlos Aguiar, el entrenador.

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