El director de orquesta y pianista Vladimir Ashkenazi regresa al Palau con la Sinfónica Alemana de Berlín

El pianista y director de orquesta ruso Vladimir Ashkenazi (Gorki, 1937) actúa esta noche en el Palau de la Música de Barcelona al frente de la Orquesta Sinfónica Alemana de Berlín, conjunto con el que mantiene una estrecha relación desde 1989, primero como director titular y, desde 1995, en su condición de director artístico. El programa del concierto, en el marco del ciclo Palau 100 y con localidades de 17.000 a 5.000 pesetas, reúne dos páginas sinfónicas de auténtica exhibición, la Sinfonía número 4 en mi menor, opus 98, de Johannes Brahms, y la espectacular Sinfonía alpina, opus 64, de Ric...

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El pianista y director de orquesta ruso Vladimir Ashkenazi (Gorki, 1937) actúa esta noche en el Palau de la Música de Barcelona al frente de la Orquesta Sinfónica Alemana de Berlín, conjunto con el que mantiene una estrecha relación desde 1989, primero como director titular y, desde 1995, en su condición de director artístico. El programa del concierto, en el marco del ciclo Palau 100 y con localidades de 17.000 a 5.000 pesetas, reúne dos páginas sinfónicas de auténtica exhibición, la Sinfonía número 4 en mi menor, opus 98, de Johannes Brahms, y la espectacular Sinfonía alpina, opus 64, de Richard Strauss. Aunque sigue siendo una de las estrellas indiscutibles del mundo pianístico, Ashkenazi, uno de los primeros músicos de relieve que abandonó la ex Unión Soviética, dedica cada vez más tiempo a su carrera como director de orquesta. Desde hace un año, compagina la dirección de la Sinfónica Alemana de Berlín, fundada en 1946, con la de la centenaria Filarmónica Checa, manteniendo además estrechos lazos con conjuntos como la Filarmónica de San Petersburgo y la Orquesta de Cleveland. El músico ruso, que en 1972 adquirió la nacionalidad islandesa y actualmente reside en Suiza, es un apasionado defensor de la música de Richard Strauss, de quien ha llevado al disco la mayoría de sus poemas sinfónicos y conciertos. La Sinfonía alpina, estrenada en Berlín en 1915 por la Staatskapelle de Dresde bajo la dirección del propio Strauss, es una exuberante partitura estructurada en 22 escenas que se desarrollan sin interrupción y exigen un espectacular contingente orquestal.

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