El tapado
La situación de interinidad creada por la emigración política de Javier Arenas a la secretaría general del PP ha creado en Andalucía un claro vacío en la oposición, sobre todo tras el rechazo de la cúpula de este partido a que su portavoz en el Parlamento andaluz, Manuel Atencia, asumiese el liderazgo y, en consecuencia, el cartel frente a Manuel Chaves. La solución adoptada de cubrir transitoriamente ese liderazgo con Teófila Martínez ha supuesto de facto crear una situación similar a la que se vive tradicionalmente en el PRI mexicano antes de cada elección presidencial: un todopoderoso presi...
La situación de interinidad creada por la emigración política de Javier Arenas a la secretaría general del PP ha creado en Andalucía un claro vacío en la oposición, sobre todo tras el rechazo de la cúpula de este partido a que su portavoz en el Parlamento andaluz, Manuel Atencia, asumiese el liderazgo y, en consecuencia, el cartel frente a Manuel Chaves. La solución adoptada de cubrir transitoriamente ese liderazgo con Teófila Martínez ha supuesto de facto crear una situación similar a la que se vive tradicionalmente en el PRI mexicano antes de cada elección presidencial: un todopoderoso presidente saliente que deshoja la margarita sobre a quién nombrar su sucesor, el tapado. El problema no sería más grave de lo normal, es decir, el de la falta de democracia interna en los partidos que hasta ahora sólo han corregido el PSOE con las primarias y parcialmente IU, si no fuera porque entre las próximas elecciones autonómicas median unas municipales a las que se presentan muchos de los candidatos potenciales a la presidencia de la Junta. De hecho, si descartamos a Pimentel, del que probablemente Arenas no podrá desprenderse para no dejar el Gobierno sin el único ministro andaluz, las mejor colocadas por su peso político son, además de Martínez, Soledad Becerril, alcaldesa de Sevilla, y Celia Villalobos, alcaldesa de Málaga. Un trío de candidatas a alcaldesas en las municipales. De las tres citadas, Teófila Martínez jura y perjura que no aspira a ser candidata a la presidencia de la Junta, por lo que si la creemos sólo nos quedarían dos. Celia Villalobos, que gobierna en minoría por las rentas de la pinza PP-IU, tiene probabilidades, según las encuestas, de alcanzar la mayoría absoluta en Málaga; mientras que Soledad Becerril las tiene de pasar a la oposición. Si esto es así, la lógica llevaría a que esta última fuera la tapada. Y la opción probablemente no es mala a no ser porque si se cumple se habría "engañado" al electorado sevillano haciéndolo votar a una candidata que no se quedaría en casa. Ciertamente son posibles algunos bailes de nombres pero en cualquier caso si en deshoje de la margarita andaluza del PP entra algún candidato a la alcaldía, el dedazo de Arenas habrá hecho votar en falso a más de un elector de las municipales.LUIS ÁNGEL HIERRO