Los franceses dirigirán la gestión de AVSA tras recibir la vicepresidencia

Saur, filial del grupo francés Bouygues, y el BCH se repartieron ayer las dos vicepresidencias de Aguas de Valencia (AVSA). La sociedad aprobó la reorganización de su consejo tras la junta de accionistas de enero, en la que el socio francés recuperó el control de la compañía. Saur recuperó ayer la vicepresidencia primera, que tendrá carácter ejecutivo al desaparecer la figura del consejero delegado. El presidente de AVSA, Vicente Boluda, reconoció que las negociaciones para participar en Egevasa están paralizadas

El consejo de administración de ayer, el segundo que se celebra tras la ju...

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Saur, filial del grupo francés Bouygues, y el BCH se repartieron ayer las dos vicepresidencias de Aguas de Valencia (AVSA). La sociedad aprobó la reorganización de su consejo tras la junta de accionistas de enero, en la que el socio francés recuperó el control de la compañía. Saur recuperó ayer la vicepresidencia primera, que tendrá carácter ejecutivo al desaparecer la figura del consejero delegado. El presidente de AVSA, Vicente Boluda, reconoció que las negociaciones para participar en Egevasa están paralizadas

El consejo de administración de ayer, el segundo que se celebra tras la junta extraordinaria de accionistas de enero, aprobó los nombramientos pendientes. Es decir, todos, salvo la presidencia, ocupada por el naviero Vicente Boluda. Saur recupera la vicepresidencia primera, que tendrá carácter ejecutivo tras la desaparición del puesto de consejero delegado y que será ocupada por José María Izquierdo. El BCH ocupará la vicepresidencia segunda con el nombramiento de Juan Ignacio Muñiz. César Albiñana será el secretario del consejo y Antonio Pino, vicesecretario. Vicente Añón, ex secretario de la sociedad, se convierte, tras el consejo, en letraso asesor. Álvaro Aguirre, ex consejo delegado, continuará como director general de la compañía. El consejo aprobó también toda una declaración de principios con el propósito de estabilizar la gestión de Aguas de Valencia, convulsionada durante los últimos meses a raíz del enfrentamiento entre sus socios. "El consejo ha resuelto establecer en AVSA una gestión independiente y autónoma, en defensa de su propio interés social, con plena transparencia de gestión e información al mercado y a los accionistas", recogía la nota. Nadie esperaba más del consejo de ayer. Boluda se ha visto obligado a aplazar en el tiempo la solución del conflicto, que pretendía cerrar en un mes -así lo declaró en la junta de accionistas de enero-, y ha optado, aconsejado por algunos asesores, por engrentarse a los problemas uno a uno. El problema principal de AVSA es su participación en Egevasa, empresa de aguas de la Diputación de Valencia de la que también son socios el Grupo Bancaixa y el BCH. Las dos reuniones celebradas, una en Madrid y otra en Valencia, en las últimas semanas entre el Grupo Bancaixa y Saur no ha servido de mucho. No hay acuerdo. Bancaixa pide lo mismo que pedía al inicio, es decir, aumentar su participación en Aguas de Valencia de su 6% actual al 20% o el 25% a costa del accionistas francés. Sólo así Bancaixa y el BCH cederían una participación de Egevasa a Aguas de Valencia. Saur no parece, de momento, dispuesta a aceptar las condiciones de Bancaixa, a pesar de que no paran de recibir advertencias sobre cuál será su futuro si no hay acuerdo. El último aviso fue el concurso para la privatización del agua potable de Calpe. Aguas de Valencia gestionaba este servicio desde 1994, pero acaba de perderlo en favor de la alianza entre Egevasa y la constructora Lubasa. Esta misma situación podría reproducirse en un plazo de dos años con la privatización del servicio de agua potable de la ciudad de Valencia, el contrato económicamente más sustancioso de la Comunidad Valenciana. Aguas de Valencia perdería con este contrato su razón de ser en favor de Egevasa. El caso catalán Los actuales gestores del Grupo Bancaixa, respaldados por el poder político de la Generalitat, pretenden conformar un grupo industrial a imagen y semejanza del de La Caixa, que pasa por controlar o, cuanto menos, participar en el negocio del agua y del gas, sujeto en ambos casos, a la decisión de las administraciones públicas. Si la Caixa tiene en su cartera industrial a Aguas de Barcelona y Gas Natural, Bancaixa pretende lo mismo con Aguas de Valencia y con Cegás, la principal operadora en la Comunidad Valenciana. No en vano la caja valenciana ha comprado recientemente un 9% de la compañía gasística. Ahora se abre un compás de espera, donde todavía se desconoce quien dará el primer paso.

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