La variante de Ondarroa comenzará a construirse a principios de 2000

La variante de Ondarroa, uno de los tres proyectos de circunvalaciones en Vizcaya que estaba paralizado hace un año, empezará a construirse a principios del año 2000, según las previsiones expuestas ayer por el diputado de Obras Públicas, José Félix Basozabal. O sea, nueve años después de que se iniciaran los primeros estudios. La culpa de la demora han sido los problemas medioambientales: el trazado atraviesa una marisma, lo que ha obligado a requerir la aprobación del Consejo de Ministros. "Tenemos la seguridad de que el proyecto se realizará con las debidas garantías", afirmó Basozabal an...

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La variante de Ondarroa, uno de los tres proyectos de circunvalaciones en Vizcaya que estaba paralizado hace un año, empezará a construirse a principios del año 2000, según las previsiones expuestas ayer por el diputado de Obras Públicas, José Félix Basozabal. O sea, nueve años después de que se iniciaran los primeros estudios. La culpa de la demora han sido los problemas medioambientales: el trazado atraviesa una marisma, lo que ha obligado a requerir la aprobación del Consejo de Ministros. "Tenemos la seguridad de que el proyecto se realizará con las debidas garantías", afirmó Basozabal ante las Juntas Generales y enumeró los importantes condicionantes de la declaración de impacto ambiental. Entre ellos, que las obras eviten vertidos al río que abastece la marisma y la minimización de los ruidos provocados por las máquinas durante los momentos de reposo de las aves que acuden a este ecosistema. El plan viario, que fue apoyado por todos los grupos junteros vizcaínos, prevé una carretera de 2,7 kilómetros, que no será autovía, y tendrá una velocidad limitada 60 kilómetros por hora. Las obras obligarán a derribar ocho edificaciones del casco urbano de Ondarroa, varias de ellas habitadas, así como un caserío y un pabellón industrial. Además, afectará a varios caminos rurales y a las redes de agua, electricidad y telefonía. El presupuesto supera los 1.500 millones de pesetas, de los que más de 200 se dedicarán a expropiaciones.

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