TENIS OPEN DE AUSTRALIA

Corretja cae eliminado en la segunda ronda, víctima de su propio éxito

Cualquier gran éxito requiere de un tiempo específico para asimilarlo. En tenis la historia es la misma que en cualquier otra circunstancia vital. Àlex Corretja entró por la puerta grande en los libros del tenis cuando el pasado mes de noviembre ganó el Masters en Hannover. Sin embargo, ayer fue víctima de su propio éxito y cayó eliminado en la segunda ronda del Open de Australia, el primer Grand Slam del año. A Corretja le venció más su estado de ansiedad, de cansancio físico y mental, que su rival. El noruego Christian Ruud, 86º mundial, no habría sido un obstáculo en la carrera de Àlex haci...

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Cualquier gran éxito requiere de un tiempo específico para asimilarlo. En tenis la historia es la misma que en cualquier otra circunstancia vital. Àlex Corretja entró por la puerta grande en los libros del tenis cuando el pasado mes de noviembre ganó el Masters en Hannover. Sin embargo, ayer fue víctima de su propio éxito y cayó eliminado en la segunda ronda del Open de Australia, el primer Grand Slam del año. A Corretja le venció más su estado de ansiedad, de cansancio físico y mental, que su rival. El noruego Christian Ruud, 86º mundial, no habría sido un obstáculo en la carrera de Àlex hacia el liderato mundial si el español hubiese jugado en su mejor nivel. Pero sus condiciones no eran las óptimas y sucumbió en cuatro mangas, hastiado de jugar y con ganas de recuperar la calma entre los suyos en Barcelona. "Quería dedicarle el triunfo a mi novia, porque es su cumpleaños, y en vez de eso he tenido que disculparme por haber perdido", se sinceró Àlex. "Creo que llegué bien preparado tras jugar la final de Sidney. Pero jugué un partido horroroso y no supe adaptarme a las circunstancias [viento y un rival tremendamente regular]. Estoy apenado y tengo la sensación de que lo he hecho muy mal. Mi nivel no es el que hoy he demostrado", añadió.La derrota de Corretja se produjo el mismo día en que María Antonia Sánchez Lorenzo alcanzó por primera vez en su vida la tercera ronda de un torneo del Grand Slam. La salmantina ganó a la estadounidense Jeniffer Capriati, ahora ya con 22 años y 93ª mundial, en dos mangas, por 7-6, 6-2, tras dominarla por 5-0 en la manga final.

También ayer, la aragonesa Conchita Martínez se clasificó para la tercera ronda superando sin problemas a la norteamericana Brie Rippner por 6-0 y 6-4. En el cuadro femenino, fue eliminada la octava cabeza de serie, la suiza Patty Schnyder. En el masculino sólo se produjo la sorprendente eliminación de Corretja, segundo cabeza de serie.

Para Àlex acabó el primer reto del año. Por ahora ve aparcada su aspiración de convertirse en el número uno del mundo. Su derrota no le permite alcanzar a Pete Sampras, que queda sólo a expensas de si Patrick Rafter es capaz de ganar el torneo o no. El australiano es el único que puede arrebatarle la corona del ATP Tour. "No, aunque a muchos pueda parecerles lo contrario, a mí no me ha presionado la carrera por el liderato mundial. No creo que haya que buscar ahí las causas de mi derrota", explicó el catalán de 24 años.

El problema fundamental de Àlex fue que su cabeza no le siguió en sus aspiraciones. Se le quedó trabada cuando más la necesitaba. Su mentalidad no fue positiva y eso pesó como una losa en el desarrollo del encuentro. En un momento del partido, tras la conclusión del tercer set, se le escuchó decir: "Me voy a casa, no puedo más". Y más adelante se quedó plantado en una esquina de la pista, justo frente a su entrenador, con la cabeza recogida entre sus manos en actitud pensativa. "Me sentía impotente. Aquella pose era el reflejo de lo que sentía. Veía que iba a perder. Me daba cuenta de que debía pasar algo extraordinario para ganar. Y quería trasladarle todo eso a mi entrenador para que supiera cómo me sentía y que intentara cambiar mi mentalidad".

Los fundamentos de la derrota de Àlex, pues, no hay que buscarlos en el partido de ayer, sino en los compromisos que adquirió, en las llamadas que atendió, en los homenajes que recibió, en los inolvidables momentos que vivió durante el mes de diciembre como consecuencia de su victoria en Hannover. "Fueron circunstancias que nos obligaron a modificar un poco nuestros esquemas de trabajo habituales", explicó Javier Duarte, entrenador de Àlex. "Hicimos una pretemporada algo más floja que otros años y la extendimos a los primeros torneos. La final de Sidney nos demostró que habíamos acertado, porque Àlex mantenía un gran nivel de tenis. Pero en Melbourne no jugó a su mejor nivel".

Arantxa y Conchita

Ahora las mejores bazas españolas quedan en manos de Arantxa Sánchez y Conchita Martínez, como solía ocurrir antes de la explosión de Carles Moyà y Àlex Corretja.Arantxa, sin embargo, habrá debido superar esta madrugada un difícil escollo ayer frente a la austríaca Barbara Schett, que la ganó hace una semana en el torneo de Sidney. En el cuadro masculino, todo quedaba en manos de Julián Alonso, que de madrugada se enfrentaba a Korda.

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