Tribuna:LUTO POR RICARDO TORMO

Motero de los pies a la cabeza

La última vez que hablé con Ricardo Tormo fue por teléfono, hace unos días, poco más de una semana. Estaba como siempre, con una moral de hierro y muy animado, a pesar de que sabía que su estado era grave. Él era así. Un ejemplo para todos, sobre todo en los momentos más adversos, y eso que no tuvo una vida en absoluto fácil.Pero Ricardo era un luchador, un peleón como he conocido pocos, tanto en los circuitos como fuera de ellos. No se hundía nunca ante nada ni ante nadie. Ya se ha visto que al final sólo la naturaleza, la vida, ha podido acabar con él.

Nos conocimos cuando los dos éra...

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La última vez que hablé con Ricardo Tormo fue por teléfono, hace unos días, poco más de una semana. Estaba como siempre, con una moral de hierro y muy animado, a pesar de que sabía que su estado era grave. Él era así. Un ejemplo para todos, sobre todo en los momentos más adversos, y eso que no tuvo una vida en absoluto fácil.Pero Ricardo era un luchador, un peleón como he conocido pocos, tanto en los circuitos como fuera de ellos. No se hundía nunca ante nada ni ante nadie. Ya se ha visto que al final sólo la naturaleza, la vida, ha podido acabar con él.

Nos conocimos cuando los dos éramos muy jóvenes. Durante muchos años nos enfrentamos muchas veces en la pista, en pruebas de los campeonatos de España y en los grandes premios del Mundial. Él me ganó algunas carreras, y yo le batí en otras, pero siempre luchamos deportivamente.

Fuera del mundo de las motos fuimos siempre muy buenos amigos. Todos los que le hemos tratado sabemos que Ricardo era una persona excelente y también un campeón íntegro. Y, sobre todo, un motero de los pies a la cabeza.

De sus logros, de sus victorias en grandes premios y de sus dos títulos mundiales ya se ha hablado mucho. Como piloto era valiente. ¡Seguro que habría conquistado algún campeonato del mundo más si no hubiera tenido aquel estúpido y maldito accidente mientras probaba una moto en un polígono industrial! Fue una pena que su carrera terminara de aquella manera, y después todo le salió mal.

Le vi bastantes veces en los últimos tiempos. Ricardo se encargaba de rehabilitar la mayoría de las motos antiguas que tenemos expuestas en mi museo de Madrid. Si como piloto era bueno, como técnico pienso que ha habido pocos como él en todo el mundo. Tenía unas manos increíbles para la mecánica. Antes de la última recaída en su enfermedad, estaba a punto de terminar de restaurar una vieja Derbi de nueve marchas de 1963. Este trabajo le hacía mucha ilusión.

Todos le echaremos de menos. El motociclismo español está en deuda con Ricardo Tormo. Más las instituciones que la afición, que siempre estuvo a su lado, sobre todo en su tierra, donde era un auténtico héroe.

Espero que a partir de ahora se hagan muchas cosas en su memoria. Lo primero, desde luego, tiene que ser ponerle su nombre al nuevo circuito que se está construyendo en Cheste. Y el Gran Premio de la Comunidad Valenciana, con el Mundial por primera vez visitando Valencia, el 19 de septiembre, tiene que ser un homenaje popular y multitudinario a la figura de este gran piloto que nos ha dejado.

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