Tres "okupas" "toman" el balcón consistorial durante hora y media

Los okupas desalojados el martes del edificio de La Veterinaria, en Embajadores, 68 (Lavapiés), llevaron ayer tarde su protesta ante el mismo consistorio que promovió su expulsión al tener un proyecto urbanístico que establecía el derribo del inmueble. Tres de ellos permanecieron encaramados durante hora y media en uno de los balcones de la plaza de la Villa, mientras medio centenar les apoyaba desde abajo.

Durante la protesta se produjeron forcejeos con los numerosos policías municipales apostados en la zona, en los que éstos golpearon a los jóvenes con las porras. El Samur ...

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Los okupas desalojados el martes del edificio de La Veterinaria, en Embajadores, 68 (Lavapiés), llevaron ayer tarde su protesta ante el mismo consistorio que promovió su expulsión al tener un proyecto urbanístico que establecía el derribo del inmueble. Tres de ellos permanecieron encaramados durante hora y media en uno de los balcones de la plaza de la Villa, mientras medio centenar les apoyaba desde abajo.

Durante la protesta se produjeron forcejeos con los numerosos policías municipales apostados en la zona, en los que éstos golpearon a los jóvenes con las porras. El Samur atendió a cinco manifestantes, uno con una herida en la cabeza que sangraba profusamente, y a otros cuatro con diferentes contusiones. Dos de ellos fueron enviados al hospital Clínico para un examen radiológico.

Los manifestantes aseguran que hubo un sexto contusionado que fue por su propio pie a una casa de socorro. Por su parte, portavoces de la Policía Municipal explican que dos agentes fueron atendidos de heridas leves en una dotación del Samur diferente a la que asistió al resto de los lesionados.

Uno de los tres okupas que se encaramaron al balcón fue arrestado al final de la protesta, ya que sobre él pesaba una orden de busca y captura por insumisión.

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La Policía Municipal golpeó con sus porras a los "okupas" concentrados

VIENE DE LA PÁGINA 1Unos cincuenta okupas se dirigieron a paso rápido hacia la Casa de la Villa a las cinco de la tarde. Al llegar allí, desplegaron una escalera y tres de ellos se encaramaron a uno de los balcones de la casa consistorial. Con gran rapidez se encadenaron a la barandilla del mirador y desplegaron una pancarta en la que se leía: "El Ayuntamiento os desea feliz desalojo y nosotros les prometemos okupar la ciudad". Mientras, los congregados gritaban consignas como "Un desalojo, otra okupación".

Al comienzo de la protesta, que transcurría de forma pacífica, en la plaza había muy pocos policías, salvo los que custodian el Ayuntamiento a diario. Pero, en media hora, se arremolinaron en el lugar 12 coches patrulla y dos furgonetas de agentes municipales. Algunos policías intentaron acceder al balcón okupado por dentro de la casa consistorial, pero los tres jóvenes encastillados en él hacían fuerza sobre las contraventanas para impedirlo. Al lugar se acercaron el concejal de Seguridad y Policía Municipal, Ignacio Echeverría, que fue abucheado, y el de Bomberos, Carlos López Collado.

Aunque ya se había producido un forcejeo previo, los momentos de mayor tensión se vivieron hacia las 17.30, cuando varios agentes intentaron acotar con cinta aislante la zona inferior al balcón. Empujaron a varios manifestantes para abrirse paso, éstos les empujaron a su vez y, al final, los agentes utilizaron las porras. En un momento, varios policías corrieron en apoyo de un compañero que mantenía un enfrentamiento con un joven, y a partir de allí se produjeron carreras, más porrazos y caídas. Uno de los manifestantes quedó tendido en el suelo con una brecha en la cabeza que precisó puntos de sutura.

Llegó la ambulancia; los bomberos, que permanecieron apostados en el lugar sin hacer uso de la escala, y siete furgonetas cargadas de agentes antidisturbios.

Y entonces comenzaron las negociaciones. El mando de los antidisturbios llegó a un acuerdo con los okupas: no habría carga ni detenciones si ellos mostraban su documento nacional de identidad de forma pacífica. Como prueba de amistad, todos los antidisturbios se quitaron los cascos. Por su parte, el superior de la Policía Municipal se comprometió a lo mismo si los encaramados al balcón aceptaban bajar y llevarse la pancarta. Así se hizo, después de dos asambleas y varias discusiones. Se produjo una detención, la del insumiso en busca y captura.

Los dos arrestados durante el desalojo del martes quedaron ayer en libertad, pero con cargos por insumisión uno de ellos y otro por atentado a la autoridad.

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