VIOLENCIA EN EL FÚTBOL

Esto sí es del fútbol

El asesinato de Aitor Zabaleta ha provocado un debate sobre el carácter de la violencia en el fútbol y su entorno. Son numerosas las voces que sitúan esta lacra en los problemas que se generan las grandes sociedades urbanas. Vienen a decir que el modelo actual segrega sujetos y conductas indeseables, y que el fútbol sólo refleja lo que sucede a su alrededor. Es cierto, el fútbol no puede sustraerse a ciertas degradaciones. Pero es falsa, y muy dañina, la aseveración de que el fútbol no tiene nada que ver en esta clase de sucesos. Todo lo contrario, su responsabilidad es enorme. Por eso resulta...

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El asesinato de Aitor Zabaleta ha provocado un debate sobre el carácter de la violencia en el fútbol y su entorno. Son numerosas las voces que sitúan esta lacra en los problemas que se generan las grandes sociedades urbanas. Vienen a decir que el modelo actual segrega sujetos y conductas indeseables, y que el fútbol sólo refleja lo que sucede a su alrededor. Es cierto, el fútbol no puede sustraerse a ciertas degradaciones. Pero es falsa, y muy dañina, la aseveración de que el fútbol no tiene nada que ver en esta clase de sucesos. Todo lo contrario, su responsabilidad es enorme. Por eso resultan decepcionantes las declaraciones de Ignacio Ayuso, presidente de la Comisión Antiviolencia, que atribuyó la muerte de Aitor a un problema de tribus urbanas. No se pueden desviar responsabilidades tan alegremente. Todo el mundo del fútbol (directivos, jugadores, periodistas) debe estar vigilante con los salvajes que pretenden convertir nuestros estadios en un matadero. Salvajes muchas veces protegidos, muchas veces no denunciados, siempre temidos: ahí están los Ultra Sur que impunemente arrebataron su localidad a decenas de socios del Madrid en el partido con el Spartak.

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