El Villarreal ratifica su fuerza como local ante el Valladolid

Ya no sorprende. Con los condimentos de siempre -trabajo y eficacia-, el Villarreal volvió a ratificar su fuerza en su estadio a costa del Valladolid. Los castellonenses no esconden sus cartas: defensa acerada, presión sobre el contrario y un ligero contragolpe. Todo previsible y, sin embargo, los rivales sucumben en el Madrigal. Si el contrario se cierra, el Villarreal avasalla, como sucedió en el primer acto. Si se lanza al ataque, como hizo el Valladolid en la segunda mitad, el conjunto de Irulegui resulta letal a la contra. Pocos recursos pero optimizados al máximo. Esto lo sufrió el Valla...

Ya no sorprende. Con los condimentos de siempre -trabajo y eficacia-, el Villarreal volvió a ratificar su fuerza en su estadio a costa del Valladolid. Los castellonenses no esconden sus cartas: defensa acerada, presión sobre el contrario y un ligero contragolpe. Todo previsible y, sin embargo, los rivales sucumben en el Madrigal. Si el contrario se cierra, el Villarreal avasalla, como sucedió en el primer acto. Si se lanza al ataque, como hizo el Valladolid en la segunda mitad, el conjunto de Irulegui resulta letal a la contra. Pocos recursos pero optimizados al máximo. Esto lo sufrió el Valladolid, que prescindió del esférico en los primeros 45 minutos, y cuando en la segunda parte quiso administrarlo, la desventaja le resultó insalvable.El Valladolid, que dispone de jugadores aseados y que tratan de usted al esférico, chocan con el ideario futbolístico de Kresic, más partidario del juego hormonal. Sin la chispa del sancionado Víctor, el Valladolid fue el reflejo de quien lo dirige.

Sin más remedio, el Valladolid se lanzó al ataque en la segunda parte. La entrada de Eusebio le dio el dominio al equipo castellano, pero no así la eficacia, que siguió de parte del Villarreal.