Empujón fingido y gol

Fernando Sanz salió al campo en sustitución de Fernando Hierro, lesionado, y se encontró con un gol en su primera jugada de responsabilidad.El balón le llegó botando a Canabal, que lo dejó volar de perfil para que le rebasase por la derecha, el lado de su pierna buena. Sanz, que le había concedido medio metro al borde del área, corrió para pegarse al dorsal del delantero contrario, pero se situó a la izquierda. Toda la ventaja era para el jugador del Alavés, salvo que el defensa madridista pudiera situar su pierna derecha por delante del cuerpo de Canabal, en escorzo, y tocar el balón, o al me...

Fernando Sanz salió al campo en sustitución de Fernando Hierro, lesionado, y se encontró con un gol en su primera jugada de responsabilidad.El balón le llegó botando a Canabal, que lo dejó volar de perfil para que le rebasase por la derecha, el lado de su pierna buena. Sanz, que le había concedido medio metro al borde del área, corrió para pegarse al dorsal del delantero contrario, pero se situó a la izquierda. Toda la ventaja era para el jugador del Alavés, salvo que el defensa madridista pudiera situar su pierna derecha por delante del cuerpo de Canabal, en escorzo, y tocar el balón, o al menos obstaculizar el disparo. Un empeine colocado a esa altura - reglamentaria todavía- suele generar cierto miedo en quien se dispone a conectar la volea con el balón a tres palmos del suelo, porque después del cuero de la pelota puede encontrarse el de la bota. Pero Fernando Sanz no lo intentó, pese a que los dos botes previos al disparo le dieron tiempo de sobra. Prefirió fingir un empujón y cayó al suelo para dar por fin todas las ventajas al rival.