"La hipocresía ayuda al dopaje"

Álvaro Pino critica la actuación médica de la UCI

Álvaro Pino dejará la dirección del equipo Kelme a finales de 1999. Pesan en su decisión condicionantes familiares y un cierto desgaste acumulado por la presión sufrida durante el pasado Tour. El escándalo suscitado por los asuntos relacionados con el caso Festina le conduce a la conclusión de que "en el mundo del deporte existe mucha hipocresía en torno al dopaje, y sobre todo en el ciclismo".Álvaro Pino no conoce rodeos dialécticos. Sincero y directo hasta el límite que le permite su cargo, el director del Kelme no se cuenta entre los que miran hacia otro lado cuando el debate inc...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Álvaro Pino dejará la dirección del equipo Kelme a finales de 1999. Pesan en su decisión condicionantes familiares y un cierto desgaste acumulado por la presión sufrida durante el pasado Tour. El escándalo suscitado por los asuntos relacionados con el caso Festina le conduce a la conclusión de que "en el mundo del deporte existe mucha hipocresía en torno al dopaje, y sobre todo en el ciclismo".Álvaro Pino no conoce rodeos dialécticos. Sincero y directo hasta el límite que le permite su cargo, el director del Kelme no se cuenta entre los que miran hacia otro lado cuando el debate incluye términos como EPO, somatotropina y otras sustancias prohibidas de moda: "Deberíamos tener todos las ideas mucho más claras", explica. "De alguna manera, deberíamos evitar ponernos una venda delante de los ojos para decir que aquí no pasa nada. Hace falta asumir que éste es un deporte fundamentalmente duro y que existen en el ciclismo una serie de ayudas controladas por la medicina". Pino conquistó la Vuelta de 1986 automédicandose ("no dopándome"), recurriendo a los consejos de un galeno de su confianza. Hoy todo ha cambiado. Asegura que casi todos los ciclistas disponen en su propio equipo de un seguimiento médico exhaustivo que "vela por la salud de los corredores". "Además", continúa Pino, "que nadie se lleve a engaño porque los corredores saben lo que toman. Ellos saben que consumen recuperantes para que al día siguiente no les duelan las piernas. Ahora, de ahí a pensar que todos toman EPO hay un trecho".

Ética y dopaje caminan juntos en los debates. En este sentido (y atendiendo las declaraciones de ex corredores, como el francés Gilles Delion), el ex ciclista gallego sostiene una teoria: si los cien primeros corredores de la lista elaborada por la UCI consumieran EPO no quedaría alterado su mérito deportivo. No existiría estafa para el público, según Pino, porque "el dopaje no te hace mejorar, tampoco la medicina. Si así fuera, Escartín sería un gran contrarrelojista y Olano el mejor escalador". En este supuesto, el ciclista no sería un "tramposo", sino una "víctima" de la presión inherente a la profesión. Pino llegó a sorprenderse ante la cantidad de sustancias manejadas por el médico de Kelme, Eufemiano Fuentes, y su sorpresa derivó en un coloquio de rasgos utópicos: ¿No sería posible que todos los corredores se comprometieran a no ingerir medicamentos? "Imposible", se responde, "porque sin los llamados recuperantes peligraría la salud del corredor. Además, nadie sería capaz de poner de acuerdo intereses y ambiciones contrapuestos". Precisamente, fue Eufemiano Fuentes quien sugirió a la comisión médica de la Unión Ciclista Internacional (UCI) la posibilidad de marcar la EPO en los laboratorios para que ésta fuera detectable en los controles de sangre. La respuesta resultó descorazonadora. "Los laboratorios se negarían porque perderían dinero. La EPO produce cifras astronómicas, ése es el problema", concreta Pino.

En el ámbito de las soluciones, Pino no entiende la actuación de la UCI: "Deberían convocar a los médicos de los 22 equipos de primera división, debatir sobre las necesidades del ciclista y rehacer la lista de productos prohibidos". Y acabar con la hipocresía.

Archivado En