AJEDREZ

Tableros y prismáticos

La vida de los padres durante el Mundial incluye muchas horas de suplicio, a pesar de que la sede del certamen -el complejo turístico Marina D"Or- es un sitio idílico, al borde del mar. La estrechez del espacio y, sobre todo, las trampas detectadas en anteriores ediciones -por ejemplo, soplos de jugadas al ir al retrete- obligan a los árbitros a una decisión tajante: echar a familiares, entrenadores y delegados de la sala un minuto antes de que comience cada ronda.Tal como quedó magistralmente plasmado en la película En busca de Bobby Fischer, la mayoría de los padres sufren más que...

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La vida de los padres durante el Mundial incluye muchas horas de suplicio, a pesar de que la sede del certamen -el complejo turístico Marina D"Or- es un sitio idílico, al borde del mar. La estrechez del espacio y, sobre todo, las trampas detectadas en anteriores ediciones -por ejemplo, soplos de jugadas al ir al retrete- obligan a los árbitros a una decisión tajante: echar a familiares, entrenadores y delegados de la sala un minuto antes de que comience cada ronda.Tal como quedó magistralmente plasmado en la película En busca de Bobby Fischer, la mayoría de los padres sufren más que sus hijos. En Oropesa, la sala de juego principal está separada del exterior por enormes ventanales que son tomados como puestos de guardia por muchos progenitores. Los más forofos atisban la posición de la partida con prismáticos y la reproducen en un tablero en el jardín para poder analizarla. Las broncas en público tras una derrota son escasas pero las caras de profundo disgusto abundan.

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La dulzura e inocencia que irradian la mayoría de los participantes más pequeños contrastan con la tensión de otros, que afrontan la cita crucial de cada año. Así, los cubanos pertenecen a una pirámide ajedrecística muy planificada, como explica el jefe de su delegación, José Altuna: "Los captamos desde los cinco años. Van primero a las Escuelas Deportivas y, tras pasar varias cribas, a las de Alto Rendimiento y a centros universitarios especiales. Se busca el desarrollo integral del individuo, de modo que, si no triunfan como jugadores profesionales, puedan convertirse en entrenadores o monitores, o ejercer cualquier profesión".

Los españoles están entre dos aguas. Junto a casos modélicos, como el de Francisco Vallejo, doble subcampeón del mundo y aspirante al oro en sub-16, que goza de una beca y de un plan especial en el colegio Marcote de Vigo, hay otros mucho menos afortunados a la espera de que el Gobierno cumpla la decisión tomada por el Senado hace tres años de recomendar la introducción del ajedrez como actividad complementaria. La ministra Esperanza Aguirre tiene el asunto en su mesa, y la Reina Sofía ha mostrado su apoyo.

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