ELECCIONES EN EL PAÍS VASCO

Duro cruce de ataques entre nacionalistas y no nacionalistas en el cierre de campaña

La campaña vasca finalizó anoche con un duro cruce de ataques entre los partidos nacionalistas y los no nacionalistas. El líder del PNV, Xabier Arzalluz, rompió el fuego arremetiendo contra el ministro del Interior, que la víspera había dicho que ETA diría la última palabra en estas elecciones para significar que es ella quien manda en la Declaración de Lizarra, suscrita por los peneuvistas. "Sobre el Gobierno de Madrid y el señor Mayor mandan el Ejército y la Guardia Civil", replicó un airado Arzalluz, que también aludió a "la guerra sucia" cuando Mayor y el socialista Jáuregui eran delegados...

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La campaña vasca finalizó anoche con un duro cruce de ataques entre los partidos nacionalistas y los no nacionalistas. El líder del PNV, Xabier Arzalluz, rompió el fuego arremetiendo contra el ministro del Interior, que la víspera había dicho que ETA diría la última palabra en estas elecciones para significar que es ella quien manda en la Declaración de Lizarra, suscrita por los peneuvistas. "Sobre el Gobierno de Madrid y el señor Mayor mandan el Ejército y la Guardia Civil", replicó un airado Arzalluz, que también aludió a "la guerra sucia" cuando Mayor y el socialista Jáuregui eran delegados del Gobierno. En esta línea, el líder de EH, Arnaldo Otegi, acusó a los líderes nacionales de "intentar introducir el odio étnico". Carlos Iturgaiz, del PP, contestó a Otegi que hablar con él es "hablar con la pared". Y Joaquín Almunia acusó al PNV de "cometer barbaridades".

El último día de la campaña electoral del 25-O tuvo una profusa presencia de líderes nacionales. El presidente del Gobierno, José María Aznar, protagonizó el mitin de Vitoria, capital de Álava, la provincia donde el PP aspira al liderazgo. Es la cuarta intervención en el País Vasco en un mes de Aznar, que ayer estuvo arropado por sus dos vicepresidentes y cinco ministros. Todo un reflejo de la importancia que el Ejecutivo concede a estos comicios. El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, se centró en el feudo socialista de la Margen Izquierda de Bilbao, donde por la mañana había estado José Borrell. El líder de IU, Julio Anguita, acudió a Bilbao. Los líderes nacionalistas también se concentraron en Vizcaya. El enfrentamiento entre partidos nacionalistas y no nacionalistas fue la tónica. Unos y otros alzaron su voz y dramatizaron al final para animar a la participación masiva. Fue especialmente agresivo el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, que dedicó un duro ataque a dos dirigentes vascos del PP y PSOE: Al ministro del Interior, Jaime Mayor, y al dirigente socialista Ramón Jáuregui. Arzalluz recordó que ambos fueron delegados del Gobierno en Euskadi cuando existió la "guerra sucia". "Mayor fue delegado del Gobierno cuando el asesinato del bar Hendayais y Jáuregui en los tiempos del GAL. Por lo visto, ni vieron, ni oyeron, ni contaron, ni cobraron".

Arzalluz acusó a ambos de alentar el "mensaje de división y frentismo" a lo largo de la campaña. Y en alusión a las palabras de Mayor, en las que aseguraba que "es ETA quien manda" entre los firmantes de la Declaración de Lizarra, suscrita por todos los partidos nacionalistas, manifestó: "En nosotros no manda ETA, en EA no manda ETA y en IU no manda ETA. E ignoro si manda en HB, pero eso se lo dejo a ellos".

Arzalluz manifestó, a renglón seguido, que es mucho más realista pensar que "sobre el Gobierno de Madrid o sobre el señor Mayor Oreja manda el Ejército o la Guardia Civil que decir que sobre nosotros manda ETA". Lo dijo por la mañana y lo repitió por la noche subrayando la gravedad de lo que acababa de decir. En contraste con la postura del candidato a lehendakari por el PNV, Juan José Ibarretxe, el presidente de su partido, Arzalluz, manifestó que será extremadamente exigente, en especial con el PSE-EE, a la hora de abordar las conversaciones.

Arzalluz criticó con la misma dureza al PP y PSE por haber utilizado en la campaña el mensaje "del miedo". Aseguró que "ir a pedir el voto metiendo el miedo es tan básicamente antidemocrático que quienes lo han hecho ostensiblemente, cuando me vengan con la unidad de los demócratas, unido con otros temas como el de los GAL, van a tener que rezar otra vez muy paladinamente el credo democrático para que nos creamos que son tan demócratas". Añadió que su condición será que "recen el Credo".

Su feroz discurso tuvo una pronta respuesta del secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, que acusó al PNV de "cometer auténticas barbaridades en los últimos meses" y de "querer poner precio a la paz" cuando "ha sido la sociedad, con su presión, quien ha conseguido la tregua de ETA". El candidato socialista a lehendakari, Nicolás Redondo Terreros, llamó a que estas elecciones acaben con "el nacionalismo excluyente que cree que tiene el patrimonio del País Vasco". Redondo recordó que los nacionalistas siempre acusan al PSOE y PP de practicar la política del miedo. "Es una contradicción el voto del miedo y el alto grado de participación que va a haber, superior al de otras ocasiones".

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El presidente del Gobierno, José María Aznar, intentó mantener un discurso institucional y llamó a la participación masiva, pero advirtió del riesgo de que "se levante la veda de un enfrentamiento entre vascos" si no termina definitivamente la violencia. Aznar se comprometió a defender la Constitución y el Estatuto como garantía de paz y a ser el Gobierno, y no ETA, quien administre la paz.

El líder de Euskal Herritarrok, Arnaldo Otegi, mantuvo la tónica del enfrentamiento entre nacionalistas y no nacionalistas que ha dominado la campaña.Otegi acusó a los líderes nacionales que han participado en los actos electorales del País Vasco de "intentar introducir el odio étnico en una sociedad que jamás ha vivido este problema, en la que no hay un enfrentamiento entre dos comunidades diferentes".

Otegi acusó al PP y PSOE de "instalarse en el discurso rancio de la España profunda" para "no solucionar el conflicto y dejar las cosas como están". Denunció a los líderes socialistas por "desarrollar movilizaciones ante la cárcel de Guadalajara apoyando el terrorismo de Estado" mientras "todos los ministros del Gobierno del PP, cuyo origen político es la dictadura franquista pasada, se atrevan a decirnos que es lo que tenemos que hacer".

Almunia replicó a Otegi con ironía: "Igual se cree que él manda en EH". Iturgaiz dijo que mientras Otegi no condene la violencia no se podrá hablar con él porque "sería hablar con la pared".

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