FÚTBOL / Sexta jornada de Liga

Lillo: "Me da miedo criticar a los árbitros"

Al árbitro Iturralde González le bastaron 60 segundos para eliminar a todos los brasileños del campo de juego. Los 89 minutos restantes del partido se dividieron en dos actos desiguales, primero y segundo tiempo, según sus protagonistas. Y todos coinciden en que antes que buen juego se vio presión y contrapresión: en la noche de ayer el Calderón albergó más polémica que fútbol. Por si fuera poco, el presidente del Atlético, Jesús Gil, se enteró ayer de que no podrá viajar a Sofía con su equipo para la cita europea del martes: ha sido citado a declarar ante un juez. Sobre la expulsión de E...

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Al árbitro Iturralde González le bastaron 60 segundos para eliminar a todos los brasileños del campo de juego. Los 89 minutos restantes del partido se dividieron en dos actos desiguales, primero y segundo tiempo, según sus protagonistas. Y todos coinciden en que antes que buen juego se vio presión y contrapresión: en la noche de ayer el Calderón albergó más polémica que fútbol. Por si fuera poco, el presidente del Atlético, Jesús Gil, se enteró ayer de que no podrá viajar a Sofía con su equipo para la cita europea del martes: ha sido citado a declarar ante un juez. Sobre la expulsión de Emerson y André Luis, el técnico del Tenerife, Juan Manuel Lillo, fue más claro y explícito de lo que pretendía: "Me da mucho miedo hablar mal de los árbitros y no lo voy hacer porque como son personas, si dices algo, tarde o temprano te lo van a hacer pagar". Emerson, según reflejó el árbitro en el acta, se fue a la ducha antes de tiempo por decirle "no seas gilipollas". Del penalti habló Felipe: "¡Cómo voy a derribar yo a Kiko en un salto si me saca dos cuerpos".

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Juninho, el tercer brasileño damnificado por el minuto de inestabilidad emocional del árbitro, salió con la cabeza gacha a grito de "basta, no voy hablar".

Arrigo Sacchi, el técnico italiano del Atlético, celebró la victoria y lo agradeció al riego del césped y a la reacción de su equipo en el segundo tiempo: "En el primer tiempo hemos tenido un problema muy grande con el campo, la hierba estaba dura y el balón rodaba muy despacio y en el descanso ordené que regaran".

Otra medida que tomó el italiano en el entretiempo fue reunir a sus jugadores en el vestuario, advertirles de que se estaban dejando dominar por el miedo, y sustituir a al argentino Óscar Mena por el yugoslavo Jugovic en el medio-centro con la finalidad de dar más velocidad a la distribución del juego del Atlético: "La derrota de Oviedo nos ha puesto un poquito de miedo a todo y hemos jugado a un ritmo muy blando, así que hemos tenido que hablarlo en el vestuario. La entrada de Juninho y Jugovic nos ha dado calidad y seguridad".

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