El poblado de Torregrosa sólo mantiene diez casetas en pie

Uno de los principales puntos de venta de droga de la capital, el poblado de prefabricados de Torregrosa (Usera), está próximo a desaparecer. A seis meses del plazo fijado por la Comunidad de Madrid para su desmantelamiento (abril de 1999), en el núcleo sólo quedan diez familias.A comienzos de este año, cuando el Gobierno regional comenzó los derribos, en el barrio vivían 72 familias en barracones y otras 25 en chabolas. De todas ellas 54 han sido realojadas en viviendas sociales, otras 13 han sido desalojadas con mandamiento judicial (ya que sus ingresos excedían los baremos exigidos para...

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Uno de los principales puntos de venta de droga de la capital, el poblado de prefabricados de Torregrosa (Usera), está próximo a desaparecer. A seis meses del plazo fijado por la Comunidad de Madrid para su desmantelamiento (abril de 1999), en el núcleo sólo quedan diez familias.A comienzos de este año, cuando el Gobierno regional comenzó los derribos, en el barrio vivían 72 familias en barracones y otras 25 en chabolas. De todas ellas 54 han sido realojadas en viviendas sociales, otras 13 han sido desalojadas con mandamiento judicial (ya que sus ingresos excedían los baremos exigidos para habitar un piso público) y 11, a las que también se iba a expulsar, se han ido sin necesitar la ejecución de la orden del juez.

De las 10 familias que quedan en la barriada, la mitad serán realojadas en viviendas sociales y el resto están pendientes de que llegue la orden de desahucio.

El desmantelamiento de esta barriada marginal a la que acudían numerosos toxicómanos en busca de papelinas más baratas que en otros sitios fue una de las promesas efectuadas hace un año por el presidente regional, Alberto Ruiz Gallardón, a los vecinos de Villaverde. Desde hacía años los habitantes de la zona venían manifestándose en contra de ese núcleo porque generaba una constante presencia de drogodependientes.

El rápido derribo de este barrio de prefabricados emprendido por el ejecutivo autonómico coincide con una importante operación inmobiliaria en sus alrededores. A pocos metros del núcleo se construyen varias promociones de viviendas de precio libre cuya venta sería bien difícil de mantenerse el poblado. El campamento de Torregrosa se instaló en 1989 para realojar a familias gitanas que habían sido desplazadas de las chabolas que habitaban por la zona. Desde sus comienzos hubo problemas porque buena parte de sus moradores comenzaron a vender droga. Ubicado junto al Manzanares, en medio de un cruce de carreteras y frente a la depuradora de La China, el núcleo estorba además para el trazado del futuro parque lineal del Manzanares.

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