Restaurada en Castellón una tabla atribuida al pintor Vicent Macip

El Servicio de Conservación y Restauración de la Diputación de Castellón presentó ayer los resultados de la recuperación de un retablo renancentista que lleva como título La Mare de Déu del Remei, pintado entre 1515 y 1530. El director técnico de la restauración, José Mingol, presentó la pintura, procedente de la parroquia de San Bartolomé de Benicarló, y que se atribuye a Vicent Macip, artista que creó escuela y encabezó una dinastía de pintores que continuó con su hijo Juan de Juanes.

Sin embargo, la autoría de la obra no está resuelta y, a lo largo de los años, se ha atribuido a vari...

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El Servicio de Conservación y Restauración de la Diputación de Castellón presentó ayer los resultados de la recuperación de un retablo renancentista que lleva como título La Mare de Déu del Remei, pintado entre 1515 y 1530. El director técnico de la restauración, José Mingol, presentó la pintura, procedente de la parroquia de San Bartolomé de Benicarló, y que se atribuye a Vicent Macip, artista que creó escuela y encabezó una dinastía de pintores que continuó con su hijo Juan de Juanes.

Sin embargo, la autoría de la obra no está resuelta y, a lo largo de los años, se ha atribuido a varios autores, entre ellos Ioanes Hispanus. También se ha estudiado la posibilidad de que proceda de algún convento cercano como el de Benifasà. Aquellos que se inclinan por Macip como autor de la pintura argumentan la falta de rigídez de las figuras, característica en otros artistas de la época, y la autonomía de cada una de ellas, característica propia del estilo valenciano del momento. La tabla -de temple-óleo y dorados sobre madera y con unas medidas de 1,92 por 1,44 metros-, representa la imagen de la Virgen sedente con el niño, al que le ofrece el pecho mientras éste recoge una rosa que le ofrece Santa Ana, situada a su derecha. Además de estas imágenes, figuran San Joaquín, los santos sanadores Cosme y Damián y, en la parte inferior, San José y el abad San Bernardo de Claraval. Los restos de un marco que están situados en la parte inferior sugieren que la tabla formó parte de un retablo. Además, en este espacio se puede leer una inscripción que nada tiene que ver con el motivo de la obra. Según José Mingol, la pintura llegó a sus manos hace seis meses en un estado bastante delicado, con problemas en el soporte, en la capa pictórica, en los tintes e incluso con carcoma; presentaba deformaciones, abultamientos, grietas en el centro, restos de cera, barnices oxidados y bastante suciedad. Por ello, tras los estudios con radiografías y luz ultravioleta, ha sido necesaria la desinsectación del soporte, la limpieza de los oros, la protección del color y del reverso, y la reintegración cromática tanto de la pintura como del oro. Mingol hizo hincapié en que han primado los criterios de conservación a los de restauración para que la obra no perdiera sus características originales.

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