Tribuna:

Presidentes en Guadalajara

A las puertas de una cárcel, la de Guadalajara, se reunieron gentes del PSOE y algún intruso incómodo. A los que les preguntas, se hacen los sordos sobre la presencia en el acompañamiento a Vera y Barrionuevo del abogado Argote y su defendido, el general Galindo. No hace falta que respondan: se les nota todo. Pero hay riesgos que se corren sin sorpresa y ese es uno de ellos. Si pudieran volver atrás, habría tantas cosas que no harían aquellos, entonces jóvenes socialistas, que gobernaron este país durante 14 años, que necesitarían mucho tiempo para decirlas todas. Pretender que no hubiera habi...

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A las puertas de una cárcel, la de Guadalajara, se reunieron gentes del PSOE y algún intruso incómodo. A los que les preguntas, se hacen los sordos sobre la presencia en el acompañamiento a Vera y Barrionuevo del abogado Argote y su defendido, el general Galindo. No hace falta que respondan: se les nota todo. Pero hay riesgos que se corren sin sorpresa y ese es uno de ellos. Si pudieran volver atrás, habría tantas cosas que no harían aquellos, entonces jóvenes socialistas, que gobernaron este país durante 14 años, que necesitarían mucho tiempo para decirlas todas. Pretender que no hubiera habido errores sería absurdo y sobre todo inútil. Lo que pasó no se puede borrar y sólo la historia permitirá el análisis, la ecuanimidad y la ponderación que ahora son imposibles. Nadie tiene toda la razón. Seguramente, quiero creerlo, hay un sueño que desvela permanentemente a quienes se las vieron con las de aquellos años ochenta; un sueño que los sitúa en un país sin herencias terribles y ante un camino limpio para hacer realidad sus ideales. Los sueños, sueños son, y la realidad tiene cuernos y empitona a veces hasta la extrema gravedad del empitonado. Acaso cosas así pensaban los dirigentes socialistas a las puertas de la cárcel de Guadalajara, entre ellos el presidente de la Junta de Andalucía y el del Parlamento andaluz. El PP e IU quieren saber en calidad de qué estaban allí Manuel Chaves y Javier Torres Vela. Son ganas de preguntar. Chaves y Torres Vela serían unos irresponsables si hubieran ido a Guadalajara como presidentes de la Junta y del Parlamento andaluz. La oposición pregunta, porque se obliga a no dejar escapar ninguna y si la presencia de los políticos andaluces en Guadalajara le parece asunto suficientemente rentable como para someterlo a debate, hace bien en intentarlo, está en su derecho. De la misma manera que Chaves y Torres Vela están en su derecho de ir, como socialistas, allí donde sus compañeros están sufriendo todo el peso de las consecuencias de que la realidad nunca es como se sueña.

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