Barajas reducirá el número de operaciones durante los dos meses en que tendrá dos torres de control

El aeropuerto de Barajas tendrá, a partir de octubre y hasta finales de noviembre, dos torres de control funcionando al tiempo. Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), organismo público que gestiona los aeródromos nacionales, ya anuncia que ambas torres, en vez de permitir un tráfico aéreo más fluido, provocará restricciones en las llegadas y aterrizajes de los aviones. El número de movimientos a la hora se reducirá por debajo de los 50 habituales y, en consecuencia, los retrasos pueden generalizarse. Las compañías ya están avisadas.

Barajas inaugurará a principios de octubre u...

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El aeropuerto de Barajas tendrá, a partir de octubre y hasta finales de noviembre, dos torres de control funcionando al tiempo. Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), organismo público que gestiona los aeródromos nacionales, ya anuncia que ambas torres, en vez de permitir un tráfico aéreo más fluido, provocará restricciones en las llegadas y aterrizajes de los aviones. El número de movimientos a la hora se reducirá por debajo de los 50 habituales y, en consecuencia, los retrasos pueden generalizarse. Las compañías ya están avisadas.

Barajas inaugurará a principios de octubre una nueva torre de control. Estas instalaciones, que alcanzan una altura de 71 metros y han costado 1.300 millones de pesetas, han sido construidas para dar servicio a la tercera pista, actualmente en construcción.Pero la torre, a pesar de que ya está acabada, no puede entrar en servicio de un día para otro. Los controladores aéreos tienen que acostumbrarse a las nuevas condiciones de trabajo. Por ejemplo, los aviones, en vez de aparecerles por la derecha, como ocurre ahora en sus puestos de la vieja torre, aparecerán por el lado izquierdo.

Conforme los controladores se vayan acoplando a los equipos y la nueva ubicación de sus consolas, AENA comenzará a cerrar la vieja torre de control, hasta el traslado total de los operarios. Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea calcula que la nueva torre de control podrá asumir el mando total del aeropuerto a finales de noviembre.

Menos capacidad

Pero mientras ocurre esto, el número de operaciones a la hora tendrá que reducirse por cuestiones de seguridad. AENA aún no ha cuantificado qué número de vuelos tendrán que cancelarse. De todas formas, el Ministerio de Fomento, del que depende AENA, ya ha comunicado a las compañías que, a partir del mes que viene, el aeropuerto tendrá menos capacidad. Iberia confirmó ayer que AENA ya les ha adelantado que deberán reducir el número de operaciones. "Pero aún no han dicho cuántas. Estamos a la espera", manifestó un portavoz de la compañía.A finales del pasado mes de junio, AENA puso en marcha un nuevo sistema informático que obligaba a reducir el número de operaciones de forma provisional: de 50 se pasaba a 40 o 45 a la hora. Sin embargo, las compañías aéreas -según reconoció el propio ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado- no fueron avisadas con suficiente antelación de la reducción del número de vuelos permitidos. Por eso, las aerolíneas siguieron vendiendo billetes como si el aeropuerto funcionase al cien por cien. El caos fue total. Cientos de vuelos tuvieron que ser cancelados en menos de una semana y los aviones retrasados se contaban por miles. Para complicarlo todo más, en sólo tres días se llegaron a perder 15.000 maletas. Unas 7.000 personas partieron hacia sus puntos de destino, al inicio de las vacaciones, sin sus respectivos equipajes.

La nueva torre de control, y la causante de las restricciones, es obra del ingeniero Juan Montero y el arquitecto Bruce S. Fairbanks. La estructura tiene cinco plantas, con una superficie útil de 3.871 metros cuadrados. Para levantarla ha sido necesario el empleo de más 650.000 kilos de acero.

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Pero además de la torre, AENA tiene previsto inaugurar en los próximos meses una nueva plataforma de prueba de motores y otra de deshielo de aeronaves. Igualmente se pondrán en marcha los nuevos balizamientos de las pistas y un edificio de extinción de incendios. De hecho, la plantilla de bomberos del aeropuerto tendrá que doblar su número. Ya se están haciendo las pruebas de selección de candidatos.

La tercera pista, aún en construcción y de la que los aviones podrán empezar a despegar en noviembre, aumentará de forma espectacular el número de movimientos posibles del aeropuerto. Se podrá pasar así de las 50 operaciones a la hora a 75. Pero, lo que tardará todavía años en convertirse en una realidad es la terminal de pasajeros que debe dar servicio a esta tercera pista. Actualmente, el equipo de arquitectos anglo-español Lamela-Rogers está desarrollando el proyecto. Este edificio, que comenzó con un presupuesto inicial de 30.000 millones de pesetas, costará finalmente unos 50.000 millones, debido a las modificaciones de última hora. Se han mejorado los materiales que se iban a emplear y se ha aumentado el número de pasillos de embarque de 32 a 70.

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