Entrevista:

"Busco la poesía, pero soy garrulo y esta sociedad lo pone más difícil"

Vive en Barcelona, pero no confiesa su edad "por una manía vanidosamente folclórica". Los Rápidos y Los Burros fueron las escuelas en las que se forjó como cantante antes de dar con la tecla definitiva de El Último de la Fila, el dúo que le catapultó junto a Quimi Portet. Ahora, con su estreno en solitario, Arena en los bolsillos, Manolo García ha superado el cuarto disco de platino con más de 400.000 copias vendidas. Pregunta. ¿Cómo se asimila el pasar de último de la fila a primero en la lista de éxitos? Respuesta. Lo veo como una situación bastante natural, tal vez porque llevo mucho tiempo...

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Vive en Barcelona, pero no confiesa su edad "por una manía vanidosamente folclórica". Los Rápidos y Los Burros fueron las escuelas en las que se forjó como cantante antes de dar con la tecla definitiva de El Último de la Fila, el dúo que le catapultó junto a Quimi Portet. Ahora, con su estreno en solitario, Arena en los bolsillos, Manolo García ha superado el cuarto disco de platino con más de 400.000 copias vendidas. Pregunta. ¿Cómo se asimila el pasar de último de la fila a primero en la lista de éxitos? Respuesta. Lo veo como una situación bastante natural, tal vez porque llevo mucho tiempo viviendo en este torbellino. Tengo una foto con 13 años en la que salgo cantando cosas de los Free y todo esto forma parte de mi estado de revolución personal. Soy culillo de mal asiento, pero sigo estando en mi piel, me sigue emocionando la música y eso es ajeno a la popularidad. P. ¿No es una paradoja que, siendo amante de la soledad, se dé tales baños de multitud? R. Es una paradoja absoluta, pero viene de la mano de esa realidad que vivo. Durante 70 noches, salgo a esa plaza de toros o a ese campo de fútbol, pero cuando me bajo del escenario me gusta alejarme de todo lo que implica ser famoso. Que la gente entienda que soy una persona normal, que no tengo seis brazos ni tres orejas ni un embudo en la cabeza. P. ¿Le molestan las comparaciones con el disco en solitario de su ex compañero, Quimi Portet? R. Creo que a lo largo del tiempo que pasamos juntos hemos dejado claro nuestro estilo y la gente ha entendido bien nuestra forma de trabajar, basada en cuatro normas éticas de convivencia, por lo que las comparaciones destructivas estarían fuera de tono. Cuando me cuentan en la compañía que hemos vendido tanto, yo lo que quiero saber es si el disco ha gustado a la gente. P. ¿Está definitivamente cerrada la puerta con Portet? R. Como Último, sí. La cosa es seria, porque Quimi quiere hacer sus propios discos y yo sigo con lo mío. Si va bien, estupendo, y si va peor me iré a mi casa con la cabeza bien alta, porque lo que bien está, bien acaba. P. Oyendo sus canciones, llama la atención la importancia que da al aspecto lírico. ¿Es usted buen lector de poesía? R. Las canciones las hacemos con la suma de lo que se produce dentro de ti, lo que se cuece en tu horno interior, la esencia de la persona. Yo busco la poesía no sólo en la música, sino en la vida, lo que pasa es que soy muy garrulo y esta sociedad me lo pone aún más difícil. Hay un montón de gente en este mundo que está ahí, con la caña de pescar, buscando una película, una canción, una charla con un amigo. Esa gente busca poesía.

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