GENTE

LA HABANA, IMÁN DE FAMOSOS

Liderados por la sonrisa y la marcha castiza de Massiel, un grupo de famosos y famosillos de España entre los que están Norma Duval, Florinda Chico, Paloma Cela, Carlos Orellana sin Rosarillo y su tocayo Carlos Ferrando, de Marte, llegó a La Habana el domingo pasado con un propósito tan simple como dificil: conocer Cuba. Su entrada en la isla, sin embargo, no estuvo nada mal. En el cielo del Caribe se cruzaron con Fidel Castro, que salía de viaje hacia a Johanesburgo para participar en la cumbre de otro grupo, el de los No Alineados, y por la noche fueron a escuchar al club Imágenes al pianist...

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Liderados por la sonrisa y la marcha castiza de Massiel, un grupo de famosos y famosillos de España entre los que están Norma Duval, Florinda Chico, Paloma Cela, Carlos Orellana sin Rosarillo y su tocayo Carlos Ferrando, de Marte, llegó a La Habana el domingo pasado con un propósito tan simple como dificil: conocer Cuba. Su entrada en la isla, sin embargo, no estuvo nada mal. En el cielo del Caribe se cruzaron con Fidel Castro, que salía de viaje hacia a Johanesburgo para participar en la cumbre de otro grupo, el de los No Alineados, y por la noche fueron a escuchar al club Imágenes al pianista y maestro Frank Emilio Flyn, quien tocó para ellos un poco de buen jazz y su siempre zalamero y vivaracho Zapateo cubano. Nada más por eso ya mereció la pena cruzar el charco. La responsabilidad e iniciativa del viaje se debe al director de la revista Viajeros, Alfredo González, quien, en colaboración con la cadena hotelera Sol Meliá y Air Europa, quiso traer a Cuba a un grupo de artistas y famosos para que conociesen la isla grande. "La idea es que la gente vea Cuba con sus ojos, saque sus propias conclusiones y luego diga lo que quiera", dijo González, quien no oculta ser un forofo de Cuba. A Massiel no habrá que explicarle mucho. Ya en 1967 cantó en Cuba por primera vez, y esa decisión le costó numerosas amenazas de muerte y de bomba de los exiliados y 25 años sin poder entrar a Miami. Ella asegura que no se arrepiente. Un admirador en el aeropuerto le confesó que vio 17 veces su película Cantando a la vida y cientos de jóvenes cubanas se llaman Massiel por ella. En Cuba la adoran.-

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