TROFEO TERESA HERRERA

El Depor baja a tierra al Atlético

El equipo de Sacchi defraudó en todos los aspectos frente a un rival que jugó mejor

El Atlético, que venía con mucho bombo, defraudó frente al Deportivo, que ganó, jugó mejor y puso en cuestión varios aspectos del equipo de Sacchi. Al Atlético no se le reconoció por nada interesante. Fue leve en la presión, la imagen de marca de su entrenador, y le faltó categoría en su fútbol. El Deportivo estuvo más en su son. La diferencia fundamental nació de la propiedad que tuvo el equipo gallego con la pelota y las dificultades extremas del Atlético en el mismo apartado.El partido tuvo un aire lectivo, con todos los jugadores pendientes de las directrices, órdenes y humores de los entr...

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El Atlético, que venía con mucho bombo, defraudó frente al Deportivo, que ganó, jugó mejor y puso en cuestión varios aspectos del equipo de Sacchi. Al Atlético no se le reconoció por nada interesante. Fue leve en la presión, la imagen de marca de su entrenador, y le faltó categoría en su fútbol. El Deportivo estuvo más en su son. La diferencia fundamental nació de la propiedad que tuvo el equipo gallego con la pelota y las dificultades extremas del Atlético en el mismo apartado.El partido tuvo un aire lectivo, con todos los jugadores pendientes de las directrices, órdenes y humores de los entrenadores, que ahora están en la hora del ajuste. Los futbolistas se miran, se hablan, discuten si la línea está bien tirada o no, si conviene achicar, si la presión se establece en los lugares convenientes. Hubo un interés tan grande en obtener la aprobación de los entrenadores que al encuentro le faltó naturalidad, especialmente por el lado del Atlético, que jugó con entusiasmo pero sin talento.

Deportivo: Songo"o; Naybet (Schurrer, m

86), Ramis, Romero (Bonnissel, m.65), Armando; Flavio, Mauro Silva (Donato, m. 65), Ziani (Djalminha, m. 46), Fran; Bassir (Scaloni, m. 46) y Pauleta (Flores, m. 46).Atlético de Madrid: Molina; Mena (Toni, m. 85), Santi, Torrisi, Serena; Bejbl (Vicaíno, m. 63), Jugovic, Roberto (Njegus, m. 46), José Mari (Correa, m. 70); Vieri y Lardín (Juninho, m. 46). Goles: 1-0. M. 35. Tiro de Bassir, rechaza Molina y cabecea el mismo marroquí. 2-0 M. 59. Centro de Turu Flores y Djalminha marca de volea. Árbitro: Xavier de los Santos Omar. Tarjetas a Santi y Mauro Silva. Unos 35.000 espectadores en el estadio de Riazor. Segundo partido del trofeo Teresa Herrera. Hoy se disputa la final entre el Lazio y el Deportivo (21.00, Autonómicas). Para el tercer y cuarto puesto, Real Madrid y Atlético (19.00).

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El Atlético bajó a tierra después de la euforia que se despertó tras sus victorias frente al Chelsea y al Vitesse. Se dedicó a un fútbol industrioso, pero sin claridad. En muchos momentos le perdió su veta previsible. En el orden de prioridades de Sacchi, el centro del campo es una zona de combate, destinada a la recuperación, poco utilizable para la elaboración. Jugovic es un buen futbolista, pero cuesta verle en la construcción. Desde luego no es un medio centro clásico. Parece más cómodo en el papel de acompañante, con despliegue y llegada. A su lado, Bejbl y Roberto actuaron de manera esforzada, pero es difícil suponerles el talento necesario para crear en el medio campo.

En realidad, al Atlético se le vio una propensión preocupante a meter la pelota larga. O sea que se le vio venir, a pesar de ciertos desajustes defensivos del Deportivo. En algunos momentos, el problema llegó a concretarse en la falta de talento. Sin Kiko y Juninho, al Atlético le costó inventar alguna cosa. En el otro lado, el Deportivo jugó a tirones y aprovechó bastante bien las concesiones del Atlético. El gol de Bassir llegó en una de ellas, un despeje infame de Bejbl que habilitó al delantero marroquí. Molina rechazó el primer remate, pero Bassir aprovechó el rebote y marcó de cabeza. Fue un gol típico de los equipos de Irureta, siempre atentos a sacar chispas de fallos como el de Bejbl y como otro anterior de Jugovic.

El Deportivo fue un equipo desigual. Mauro Silva estuvo en lo suyo, activo en la recuperación y generoso en el esfuerzo, el típico jugador que le tiene que encantar a Sacchi. En cambio, Flavio tuvo un papel irrelevante, medio distraído. La defensa actuó de forma inconsistente, pero el Deportivo se encontró más cómodo en el campo. Fran actuó con intermitencia pero con el criterio que les faltó a todos los centrocampistas del Atlético. Y como la presión del equipo rojiblanco resultaba demasiado leve, el Deportivo se permitía ciertos lujos imprevistos frente a un rival que llegaba con fama de impermeable. Si pòr algo se distinguió el Atlético fue precisamente por su permeabilidad.

El segundo tiempo abundó en el mismo carácter de partido. Entró Juninho, que busca su identidad. Es un futbolista de grandes condiciones, con errores de interpretación en el juego y sin una posición definida. Su puesto natural es el de media punta, porque tiene llegada, velocidad y capacidad de sorpresa. Pero Sacchi desconfía de los medias puntas y tampoco Juninho se ayuda a sí misma con su tendencia a la dispersión. El Atlético llegó con alguna insistencia al área del Deportivo, pero más por empuje que por ideas.

El Deportivo aprovechó el corte del encuentro (un poco caótico) para apostarse atrás y meter varios contragolpes interesantes. Con el segundo gol, una excelente jugada de Flores coronada con una volea estupenda de Djalminha, el encuentro fue manejado con bastante sencillez por el conjunto de Iureta. Para el Atlético fue un pequeño calvario. Por un lado se apreció el voluntarismo, pero predominó la confusión y los desajustes, algunos tan graves que provocaron malas caras entre Serena y Torrisi. Fue el signo del mal partido de su equipo.

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