La justicia de Bélgica suspende la orden de expulsión de un etarra

El Gobierno español recibió ayer otro duro golpe de Bélgica en su lucha por lograr que este país socio de la Unión Europea no se convierta en tierra de acogida de los terroristas de ETA. El Consejo de Estado belga, la última instancia judicial del país, suspendió ayer en una reunión extraordinaria la orden de expulsión del Ministerio del Interior contra el etarra Ricardo Cruz Maiztegui, retenido en la zona de tránsito del aeropuerto de Bruselas desde que el pasado 29 de junio intentara entrar ilegalmente en el país, procedente de México.

El Gobierno español ha vuelto a fracasar en sus i...

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El Gobierno español recibió ayer otro duro golpe de Bélgica en su lucha por lograr que este país socio de la Unión Europea no se convierta en tierra de acogida de los terroristas de ETA. El Consejo de Estado belga, la última instancia judicial del país, suspendió ayer en una reunión extraordinaria la orden de expulsión del Ministerio del Interior contra el etarra Ricardo Cruz Maiztegui, retenido en la zona de tránsito del aeropuerto de Bruselas desde que el pasado 29 de junio intentara entrar ilegalmente en el país, procedente de México.

El Gobierno español ha vuelto a fracasar en sus intentos de expulsar de Bélgica a los etarras que se instalan allí, para lo cual siempre ha contado con el apoyo del Ejecutivo belga, pero nunca con el de sus instancias judiciales. El Consejo de Estado ha ratificado el dictamen previo emitido por el comisario real para los refugiados, aunque también ha denegado al etarra su solicitud de asilo político. La suspensión de la expulsión es una medida cautelar, a la espera de que el Consejo de Estado se pronuncie sobre el fondo del asunto. Los abogados del etarra, que no está reclamado por la Audiencia Nacional en ninguna causa judicial pendiente, mantienen que el Gobierno belga está obligado a dejarle entrar libremente en territorio de la UE, ya que es ciudadano de un país europeo y "no puede ser expulsado hacia América Latina". Cruz Maiztegui llevaba cinco años viviendo en México y fue activista de la organización terrorista en los años setenta y ochenta, especializado en la construcción de zulos para esconder armas o personas secuestradas. Su caso es similar al de Enrique Pagoaga Gallastegui, alias Peixotín, que llegó también a Bélgica desde Venezuela de forma ilegal en 1996 y solicitó asilo político, que le fue denegado, y residencia. El Gobierno belga ordenó su expulsión, pero la justicia acabó legalizando su entrada en territorio europeo.

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