Cartas al director

Nueva profesión

El ser hijas-hijos de famosos nunca ha sido más rentable. Se ha convertido en aval seguro para transitar por la vida sin problemas económicos. Es una nueva profesión a la que algunas-algunos le sacan un partido increíble.Ahora interesa todo sobre ellos. Sus ligues, sus bodas, el nacimiento de los bebés, cuando acuden a la peluquería, cuando pasean por el parque al niño, los baños en la playa, su presencia en fiestas de pacotilla a las que van famosillos con el objetivo de que las cámaras de múltiples televisiones recojan sus insustanciales comentarios. A cualquier lugar que vayan tienen asegur...

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El ser hijas-hijos de famosos nunca ha sido más rentable. Se ha convertido en aval seguro para transitar por la vida sin problemas económicos. Es una nueva profesión a la que algunas-algunos le sacan un partido increíble.Ahora interesa todo sobre ellos. Sus ligues, sus bodas, el nacimiento de los bebés, cuando acuden a la peluquería, cuando pasean por el parque al niño, los baños en la playa, su presencia en fiestas de pacotilla a las que van famosillos con el objetivo de que las cámaras de múltiples televisiones recojan sus insustanciales comentarios. A cualquier lugar que vayan tienen asegurado el overbooking de cámaras y micrófonos.

Quieren dar la impresión de que trabajan: hablan de pases de modelos, del proyecto de presentar un programa de televisión, un futuro papelito en la película de director famoso... Venden exclusivas del tipo "llevar al niño al colegio como otra madre cualquiera".

La mayoría, jetas de profesión. Han hecho de vivir del cuento un arte. Lo peor es que nos quieren hacer creer que trabajan mucho. Y han conseguido que aun los periódicos serios tengan sus páginas frívolas en las que nos cuentan sus vacías ocupaciones. No es sólo Tómbola y ¡Hola!

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Tías-tíos con suerte, sin duda. Para ellas-ellos no existe el paro.-

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