TOUR 98

"No se pueden lanzar sospechas así"

Roussel, director del Festina, rompe su silencio para defender al equipo

Por fin habló Bruno Roussel. El director del Festina comprendió que su silencio era culpable y subió al escenario para defenderse y defender a sus corredores del caso que les ha dejado contra las cuerdas. Las informaciones, cada vez más precisas, sobre la acción policial y judicial contra Willy Voet, uno de los masajistas del equipo, preso en Lille, no le han dejado otra salida. "No se pueden lanzar sospechas así", dijo, visiblemente a la defensiva. "Llevo cinco años en este equipo y no somos actualmente el mejor equipo del mundo más que por nuestro trabajo, nuestras estructuras, nuestros medi...

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Por fin habló Bruno Roussel. El director del Festina comprendió que su silencio era culpable y subió al escenario para defenderse y defender a sus corredores del caso que les ha dejado contra las cuerdas. Las informaciones, cada vez más precisas, sobre la acción policial y judicial contra Willy Voet, uno de los masajistas del equipo, preso en Lille, no le han dejado otra salida. "No se pueden lanzar sospechas así", dijo, visiblemente a la defensiva. "Llevo cinco años en este equipo y no somos actualmente el mejor equipo del mundo más que por nuestro trabajo, nuestras estructuras, nuestros medios, nuestra filosofía y nuestros corredores. Todos los resultados son fruto del trabajo diario".Tras la exculpación, los hechos. Una maraña de la que no pudo salir el director francés. "Somos prisioneros de la dimensión que ha tomado el caso. Es un asunto que nos sobrepasa". Escudándose en la investigación judicial, Roussel apenas aportó detalles, pero admitió un par de cosas que antes había negado: sabía desde el miércoles por la tarde que la policía judicial había registrado el almacén del equipo en las afueras de Lyón, sabía que había una investigación en marcha y sabía que Willy Voet debía haber cogido el miércoles un ferry para Irlanda y que no lo había hecho. "El masajista", dijo, "cogió el martes el coche en las oficinas del Tour en París y no sé qué hizo después. No, no me preocupó especialmente que no viniera el jueves a Dublín, pensé que habría tenido algún problema familiar o que había perdido el ferry por cualquier motivo". Pero, según ha revelado la prensa francesa, Willy, de nacionalidad belga, se fue a Suiza y después a Alemania, donde se hizo con las 250 dosis de EPO y varias decenas de somatotropina (hormona del crecimiento) y testosterona (anabolizante). Después viajó a Bélgica e intentó entrar a Francia, pero la policía, que seguía sus pasos, le esperaba en el paso de Neuville. Un periplo que no ha dejado de extrañar a los expertos en la adquisición de ese tipo de sustancias dopantes, utilizadas porque, exceptuando la testosterona, son indetectables en los análisis. "Un equipo serio y bien estructurado no actúa de una forma tan chapucera", dice uno. "Quizás Willy, utilizando sus contactos, actuara por cuenta de algún equipo pequeño, sin tantos medios como el Festina".

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Roussel se siente "perplejo" y "traicionado". Interpreta que si la policía decidió investigar al equipo no era por ninguna razón especial. "No somos los únicos a los que nos han registrados los coches y la sede este año", dijo. "Sé de otros dos que han sufrido lo mismo". Francia, desde la llegada de la izquierda al Gobierno, ha emprendido una cruzada casi publicitaria contra el dopaje. Se han multiplicado los controles en todos los deportes y se ha intensificado la lucha contra los circuitos clandestinos de compra y venta.

Puede que cuando el Tour llegue a Francia, Roussel sea llamado a testificar. Las consecuencias de lo que pueda pasar son imprevisibles.

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