Cartas al director

'Moteros'

Somos dos moteros madrileños que utilizan este vehículo como transporte, por ocio, por vicio y aficionados a las competiciones y concentraciones que tienen que ver con la moto. Como nosotros, hay una gran cantidad de aficionados a la moto responsables que cumplen las normas de circulación y que no van quemados por la vida. Precisamente por esto no entendemos el estado parapolicial que se instauró en Madrid los días 13, 14 y 15 de este mes, durante la celebración del Gran Premio de Motociclismo de Madrid.En esos días se procedió a realizar controles de todos los cuerpos de seguridad (sospechamo...

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Somos dos moteros madrileños que utilizan este vehículo como transporte, por ocio, por vicio y aficionados a las competiciones y concentraciones que tienen que ver con la moto. Como nosotros, hay una gran cantidad de aficionados a la moto responsables que cumplen las normas de circulación y que no van quemados por la vida. Precisamente por esto no entendemos el estado parapolicial que se instauró en Madrid los días 13, 14 y 15 de este mes, durante la celebración del Gran Premio de Motociclismo de Madrid.En esos días se procedió a realizar controles de todos los cuerpos de seguridad (sospechamos también de la Interpol) en todas las esquinas de las calles de la capital, las carreteras que circundan Madrid, y en especial el trayecto entre la ciudad y el circuito del Jarama. Y no sólo esto, también se ejerció manipulación sobre la información acerca de los accidentes de moto ocurridos durante esos días, cuando el único accidente mortal sucedió no por negligencia del conductor, sino por la mala señalización recurrente de la vía.

Parece ser que el espíritu de libertad e imaginación del colectivo motero no cuadra con el código moral y las directrices del gobierno municipal y de la Comunidad de Madrid. Indisponiendo a la población madrileña contra las personas que cabalgan sobre sus caballos de acero y que, como norma general, tienen un comportamiento más respetuoso con el resto de los ciudadanos que ellos con los moteros. Y nos preguntamos: ¿por qué en Jerez, Montmeló, Tordesillas, Castellón y otras ciudades españolas se espera con espíritu positivo la llegada de las concentraciones y competiciones, y en ciudad, capital por más señas, cosmopolita y tolerante, se les trata como proscritos y delincuentes?-

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