FRANCIA 98

Baggio: "Ha sido una historia trágica"

Maldini dice que Italia hizo un partido óptimo y Jacquet que no fue defensivo

Hay detalles que traicionan a un entrenador. Concluida la prórroga, mientras sus jugadores se explayaban en el círculo central, Cesare Maldini, en la banda, le contó un chiste a Bergomi, el líbero de mil batallas. El chiste, la risa, el golpe en el hombro. Había que hacer todo lo necesario para no pensar en un tercer fracaso. Inútil. Con el empate a cero, con la desgracia de los penaltis se habían ganado la coartada ("la maldición de los penaltis que persigue a Italia", que dijo el viejo seleccionador), pero habían perdido otro Mundial.La coartada la usaron. "Hemos hecho un partido óptimo", de...

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Hay detalles que traicionan a un entrenador. Concluida la prórroga, mientras sus jugadores se explayaban en el círculo central, Cesare Maldini, en la banda, le contó un chiste a Bergomi, el líbero de mil batallas. El chiste, la risa, el golpe en el hombro. Había que hacer todo lo necesario para no pensar en un tercer fracaso. Inútil. Con el empate a cero, con la desgracia de los penaltis se habían ganado la coartada ("la maldición de los penaltis que persigue a Italia", que dijo el viejo seleccionador), pero habían perdido otro Mundial.La coartada la usaron. "Hemos hecho un partido óptimo", declaró Maldini. "Pero los penaltis son una lotería. Estoy muy contento de mis jugadores. No se les puede reprochar nada. Han dado hasta la última gota de sudor". Maldini no se traiciona, dicen los suyos. "No hemos cometido ningún error", proclamó. "Ellos jugaron con gente de mucha calidad delante, con Henry, Djorkaeff, Trezeguet, y no les dimos oportunidades. Pagliuca no tuvo apenas que detener ningún balón complicado. Y jugaban en su casa".

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Su coartada, sin embargo, se viene abajo cuando le preguntan si no había planteado el partido a la defensiva. Se inflama Cesarone. "¿Cómo que a la defensiva?". Y su tono está llamando ignorante al que pregunta. "Hemos jugado todo el tiempo con dos delanteros, y hasta teníamos un tercero detrás de ellos. No sé cómo podíamos haber jugado más al ataque".

Tampoco a Aimé Jacquet, un técnico feliz a su estilo, sin perder nunca el aire profesoral, le hizo mucha gracia que le preguntaran si en el fondo no había sido demasiado precavido. "No, no hemos sido defensivos", dijo, "sino que había estudiado muy bien su forma de jugar y a sus jugadores e hice una alineación buena para frenarles. Hemos dominado tres cuartas partes del partido".

Roberto Baggio, el hombre que ha vivido cuatro años perseguido por un penalti fallado, fue el primero en acudir al auxilio a Luigi di Biagio, el hombre al que le espera pasar por lo mismo. Y Baggio le dijo: "Hay que tener valentía para lanzarlo. Nadie puede culpar a nadie por fallarlo". Y luego dijo: "Esto es una historia trágica. Hemos quedado fuera de los tres últimos Mundiales desde el punto de penalti". Y quedaba Di Biagio: "He fallado mi penalti", repetía. "No sé qué más queréis que os diga. Sí, me podéis decir que Platini o Zico también han fallado penaltis, pero eso no me consuela. Es más amargo incluso sabiendo que este año había tirado tres penaltis y no había fallado. Es duro".

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