El recuento de nunca acabar

Los resultados oficiales de las elecciones primarias celebradas por el PSPV el pasado sábado serán difundidos a bombo y platillo cuando se proclamen oficialmente los candidatos, pero los miembros de las comisiones de garantías provinciales y autonómica llevan tres días sumando papeletas y restando militantes en un ejercicio de multiplicación de agrupaciones que sólo persigue calibrar la división porcentual exacta del voto de los socialistas valencianos. Las comisiones provinciales han revisado las papeletas depositadas en todas las mesas de las provincias de Castellón y Alicante. La aritmétic...

Los resultados oficiales de las elecciones primarias celebradas por el PSPV el pasado sábado serán difundidos a bombo y platillo cuando se proclamen oficialmente los candidatos, pero los miembros de las comisiones de garantías provinciales y autonómica llevan tres días sumando papeletas y restando militantes en un ejercicio de multiplicación de agrupaciones que sólo persigue calibrar la división porcentual exacta del voto de los socialistas valencianos. Las comisiones provinciales han revisado las papeletas depositadas en todas las mesas de las provincias de Castellón y Alicante. La aritmética fina se interrumpió ayer cuando sólo faltaban por revisar 12 mesas correspondientes a otras tantas agrupaciones locales del partido. Sobre los resultados difundidos la noche del sábado, que arrojaron 7.751 en favor de Joan Romero; 7.309 para Antoni Asunción; y 7.117 para Clementina Ródenas, la revisión completa de la provincia de Castellón no introduce ninguna modificación, los primeros datos resultaron ser absolutamente precisos. En la provincia de Alicante dejaron de sumarse los 47 votos correspondientes a la agrupación de Dolores y hubo un pequeño error en Aigües-Bussot. En Valencia se han producido ligeras modificaciones en las localidades de Alberic, Antella, Llanera de Ranes y Venta del Moro. En conjunto, las variaciones suponen 74 votos a favor de Asunción, 52 a favor de Ródenas y 61 a favor de Romero, unas oscilaciones que apenas podrían provocar variaciones centesimales en la distribución porcentual del voto. Romero hizo saber que no tenía ningún interés en seguir el mapa de sus apoyos y Ródenas dio por bueno el primer resultado. Sólo Asunción albergó la esperanza de arañar alguna papeleta en su favor, pero el recuento de nunca acabar más parece un esfuerzo baldío.