Holanda quiere ser eficaz ante Corea

Holanda es un estilo, un entrenador que cree en unas formas transmitidas de generación en generación y unos jugadores soberbios que se han educado en lo colectivo. Una ecuación complicada. "Nuestro problema es la abundancia de talento", dijo el técnico hace meses.Tras el giro conservador, alentado por su nuevo ayudante, el Johan Neeskens, corazón de la primera naranja mecánica. La eficacia se convirtió en el lema, más allá de la belleza formal del juego. El sistema se retrasó hacia un 4-4-2, pero el nivel goleador aumentó. Los jugadores seguían divirtiéndose en el campo. Aquello era lo fundam...

Holanda es un estilo, un entrenador que cree en unas formas transmitidas de generación en generación y unos jugadores soberbios que se han educado en lo colectivo. Una ecuación complicada. "Nuestro problema es la abundancia de talento", dijo el técnico hace meses.Tras el giro conservador, alentado por su nuevo ayudante, el Johan Neeskens, corazón de la primera naranja mecánica. La eficacia se convirtió en el lema, más allá de la belleza formal del juego. El sistema se retrasó hacia un 4-4-2, pero el nivel goleador aumentó. Los jugadores seguían divirtiéndose en el campo. Aquello era lo fundamental. La abundancia de talento hacía el resto. "Jugamos un 4-4-2 formal, sí", explica Bergkamp, "pero es lo mejor que nos podía pasar. A partir de esos números nos movemos, evolucionamos, cambiamos, un delantero se echa atrás si no está afinado, un defensa sube al extremo si está en su día". Y llegó el batacazo contra la limitada Bélgica. Comenzaron las críticas. Afectó a todos, pero aun así no sepultó algunas verdades inmutables, algunas características que siguen haciendo de Holanda un favorito: la firmeza del tándem defensivo Frank de Boer-Stam; el despliegue de Ronald de Boer en el centro; el gran momento de Overmars. El día de Bélgica, Bergkamp estaba en el banquillo, tocado. Hoy estará delante.