Los Bulls se ponen a tiro de título

Tiene 37 años y su personalidad resulta fascinante. Fuera de la cancha es puro esperpento. La disciplina extradeportiva no existe para él, falta a un entrenamiento por semana y entre partido y partido hace lo que le viene en gana con su cuerpo. Desde alquilar un avión privado para irse a las Vegas como largarse a Detroit a participar en un programa de lucha libre donde aparece fumándose un puro rodeado de mujeres en bañador y en el que terminó tirándole una silla a su rival. La NBA sólo puede multarle. No puede hacer más porque cuando todo esto queda relegado a un segundo término, el Rodman ju...

Tiene 37 años y su personalidad resulta fascinante. Fuera de la cancha es puro esperpento. La disciplina extradeportiva no existe para él, falta a un entrenamiento por semana y entre partido y partido hace lo que le viene en gana con su cuerpo. Desde alquilar un avión privado para irse a las Vegas como largarse a Detroit a participar en un programa de lucha libre donde aparece fumándose un puro rodeado de mujeres en bañador y en el que terminó tirándole una silla a su rival. La NBA sólo puede multarle. No puede hacer más porque cuando todo esto queda relegado a un segundo término, el Rodman jugador emerge tan poderoso que resulta referencia indispensable para un equipo ya mítico que después de su tercer triunfo ante Utah Jazz (86-82) se encuentra a una sola victoria de su sexto anillo en ocho años. Rodman fue el amo de la resolución del cuarto partido. No se conformó con merendarse de nuevo a Malone (una intrascendente canasta con el partido resuelto en todo el último cuarto) y coger 7 rebotes ofensivos. Su figura se tornó gigantesca cuando tuvo que ir a la línea de tiros libres y metió cuatro consecutivos en los dos minutos finales. Las faltas vinieron precedidas de dos rebotes ofensivos por errores de Pippen y Jordan en jugadas vitales. La primera porque sirvió para ponerse definitivamente por delante a los Bulls (74-72, 2.53 por jugar). La segunda porque el fallo de Jordan posibilitaba a Utah dar la vuelta al partido. Malone le agarró, Rodman sorprendió al mundo y el asunto estaba zanjado (81-77).Chicago había insistido en su defensa "hombre casi zona" ante las quejas de Jerry Sloan. Pippen camina hacia el MVP de la final (ayer clavó cinco triples) y Jordan dejó jugar a su compañero hasta el último cuarto en el que hizo acto de presencia para redondear su tarjeta de 34 puntos.

Chicago (86): Jordan (34), Pippen (28), Kukoc (8), Harper (6), Rodman (6), Burrel (2), Longley (2).

Utah (82): Malone (21), Russell (10), Keefe (6), Hornacek (8), Stockton (7), Anderson (7), Morris (9), Eisley (8), Foster (4), Carr (2).