Caciquismo y Bartolín
De nuevo el 98. Un personaje llamado Bartolín el Aventurero desencadena denuncias de la pervivencia del caciquismo rancio y chulesco de los viejos señoritos que ya denunciara Joaquín Costa hace un siglo. Pero más que un personaje barojiano, el tal Bartolín resulta ser un esperpéntico recuerdo del mejor Valle-Inclán. Un personaje en busca de autor... o autores de un secuestro heroico. Pero el héroe resulta ser un muñeco de las viejas luchas locales bajo la sombra de ala ancha del caciquismo. Mientras, los "regeneracionistas" en el poder no saben qué cara poner, si la de Maura o la de Cánovas. E...
De nuevo el 98. Un personaje llamado Bartolín el Aventurero desencadena denuncias de la pervivencia del caciquismo rancio y chulesco de los viejos señoritos que ya denunciara Joaquín Costa hace un siglo. Pero más que un personaje barojiano, el tal Bartolín resulta ser un esperpéntico recuerdo del mejor Valle-Inclán. Un personaje en busca de autor... o autores de un secuestro heroico. Pero el héroe resulta ser un muñeco de las viejas luchas locales bajo la sombra de ala ancha del caciquismo. Mientras, los "regeneracionistas" en el poder no saben qué cara poner, si la de Maura o la de Cánovas. Esperpento y caciquismo regados ambos por la vieja y la nueva demagogia nos devuelven por un momento (espero que breve) al peor de nuestros 98.- Pablo Romero Gabella. Alcalá de Guadaira (Sevilla).