Los partidos rechazan el "acuerdo nacional" que les ofrece HB si antes no se desmarca de ETA

Los cuatro partidos a los que Herri Batasuna emplazó el sábado a un "acuerdo nacional" basado en unos "mínimos de urgencia" para cambiar el marco político de Euskadi han coincidido en su respuesta a la coalición: la propuesta es insuficiente si HB no se desmarca antes de ETA, pide una tregua a la banda terrorista y demuestra que tiene capacidad política de mando frente a ella. Sin esas premisas, PNV, EA, Izquierda Unida y la CDN del ex presidente navarro Juan Cruz Alli ven incompleta la propuesta formulada en Vitoria por Arnaldo Otegi durante la Asamblea Nacional de la coalición.

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Los cuatro partidos a los que Herri Batasuna emplazó el sábado a un "acuerdo nacional" basado en unos "mínimos de urgencia" para cambiar el marco político de Euskadi han coincidido en su respuesta a la coalición: la propuesta es insuficiente si HB no se desmarca antes de ETA, pide una tregua a la banda terrorista y demuestra que tiene capacidad política de mando frente a ella. Sin esas premisas, PNV, EA, Izquierda Unida y la CDN del ex presidente navarro Juan Cruz Alli ven incompleta la propuesta formulada en Vitoria por Arnaldo Otegi durante la Asamblea Nacional de la coalición.

Pese a esa insuficiencia, los nacionalistas democráticos están dispuestos a asistir al foro de debate que Herri Batasuna pondrá en marcha este mes con la participación, además de los partidos citados, de los sindicatos ELA y LAB y de hasta una veintena de organizaciones sociales.Pese a la amplitud en el llamamiento (que incluye también a sindicatos y otros colectivos sociales), el objetivo fundamental de HB es limar los recelos que pueda albergar el PNV, sin cuya presencia el foro carecería casi por completo de valor, y convencer al primer partido vasco de que ETA refrenda la actual línea en que se ha embarcado la coalición abertzale.

Al tiempo, Herri Batasuna intenta dejar claro que tiene capacidad para comprometer a la organización terrorista en el respeto a un hipotético proceso de diálogo que se abriese.

Otegi sostuvo recientemente ante un público afecto a HB que le interpelaba precisamente por la utilidad de esos acuerdos, que "algo se ha logrado, aunque haya sido de tapadillo". Como prueba de ello aportó la libertad de todos los presos enfermos de una lista inicial presentada por Herri Batasuna en la citada comisión.

Durante su asamblea en el Palacio Europa de Vitoria, los militantes de la coalición abertzale debatieron un documento denominado Bases para un acuerdo nacional, que resume los puntos en que HB considera debe basarse la creación de esa nueva "mayoría política y social" nacionalista que postula. El texto, que ayer resumió el diario Egin, no menciona el derecho a la autodeterminación y reconoce "alguna vía aprovechable" en el actual entramado institucional vasco y navarro, aunque siempre dejando claro su "agotamiento" como modelo de autogobierno.

El autogobierno

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Herri Batasuna llega a considerar que ha conseguido una "victoria": aunque con "diferentes matices, ya nadie plantea que el modelo actual sea válido para solucionar el conflicto entre Euskal Herria y el Estado español".A este análisis respondía ayer mismo el portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Iñaki Anasagasti, para quien "si en algo no se ha fracasado es precisamente en el autogobierno". El Concierto Económico y el Estatuto de Gernika son para Anasagasti, "si no el cien por cien" de su demanda política, "sí el camino adecuado". Anasagasti recordó la existencia de un "punto de desencuentro fundamental con HB": la violencia. Y recalcó que "si HB quiere ver cambiar las cosas en Euskadi de la noche al día, no tiene más que pedir a ETA que deje de matar".

Desde las filas de EA, su presidente, Carlos Garaikoetxea, difundió ayer un comunicado según el cual "la credibilidad de las intenciones de HB vendría notablemente reforzada si se produjera una clara distensión en el clima de violencia desde el mundo del llamado MLNV". Y añade: "Sin descartar cualquier intento de diálogo (...) la credibilidad de la propuesta y sus posibilidades de éxito serán mucho mayores una vez que pase el periodo electoral".

HB prefiere quedarse con las recientes palabras del presidente peneuvista Xabier Arzalluz cuando afirmó que "cambiaría el acuerdo de Stormont por el Estatuto" y refiere expresamente a ellas en su documento.

La insistencia de Otegi en señalar que su apuesta no es táctica o electoral, su promesa de lealtad y fidelidad a las consecuencias de los hipotéticos acuerdos, incluido el terreno institucional, coincide con la autocrítica por el estancamiento de Herri Batasuna en la lucha "contra la represión". Y también el llamamiento a la militancia de la coalición abertzale a enfrentarse "sin miedo" a las consecuencias de los acuerdos con otras fuerzas.

La lucha "antirrepresiva" deja de ser un objetivo prioritario y pasa a verse como una táctica del "enemigo" para distraer las energías de los radicales de lo verdaderamente importante: el euskera, la enseñanza, la economía y los símbolos nacionales.

En todos esos ámbitos Herri Batasuna quiere impulsar -"y nosotros solos no podemos", reconoce- instituciones "nacionales" (vascongado-navarro-francesas) aunque carezcan de personalidad legal. Así como el documento no menciona la autodeterminación, la "territorialidad" como negación de la actual separación de los ámbitos gobernados por el Estatuto de Gernika y el Amejoramiento del Fuero navarro es "una prioridad absoluta".

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