CICLISMO

Zülle bate marcas de velocidad en el Giro

Sólo el ruso Pável Tonkov (Mapei), aparte, claro está, de Alex Zülle pudo darse con un canto en los dientes al ver la clasificación que arrojó la primera contrarreloj del Giro. Es, en efecto, el ruso el único de los favoritos que puede considerar que aún tiene posibilidades de derrotar al suizo en la lucha por la maglia rosa final. Y eso que perdió 1.22m en los 40 kilómetros contrarreloj de Trieste. Pero es que Pantani, el gran derrotado, cedió 3.26m, y Gotti, el ganador de 1997 que ya había fallado la víspera en la montaña, más de seis minutos. Pero es que Zülle, consumado especialista, hizo ...

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Sólo el ruso Pável Tonkov (Mapei), aparte, claro está, de Alex Zülle pudo darse con un canto en los dientes al ver la clasificación que arrojó la primera contrarreloj del Giro. Es, en efecto, el ruso el único de los favoritos que puede considerar que aún tiene posibilidades de derrotar al suizo en la lucha por la maglia rosa final. Y eso que perdió 1.22m en los 40 kilómetros contrarreloj de Trieste. Pero es que Pantani, el gran derrotado, cedió 3.26m, y Gotti, el ganador de 1997 que ya había fallado la víspera en la montaña, más de seis minutos. Pero es que Zülle, consumado especialista, hizo una de las mejores contrarrelojes de su vida: alcanzó una velocidad media de 53,771 kilómetros por hora, con lo que batió el récord del Giro, anteriormente en poder de Eugeni Berzin, que corrió a 52,002 por hora en la contrarreloj de Follonica del Giro 94 que supuso la primera derrota de Induráin en una gran competición.Y a Induráin, precisamente, recordó ayer Zülle, sobre todo cuando a poco más de seis kilómetros para el final pasó como un misil a Pantani, que había salido tres minutos antes. Dado que el Pirata llevaba la maglia verde de líder de la montaña, el mismo color que lucía Chiappucci en la contrarreloj de Milán de 1992 cuando el navarro le dobló entrando en la ciudad, las comparaciones son inevitables.

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No es que Zülle, que siempre sucumbió en sus duelos con Induráin, sea un navarro redivivo, pero lo que queda de Giro (la semana dura de los Dolomitas), seguramente ofrecerá a los aficionados la sensación de que la historia se repite.

"Zülle actuará a partir de ahora al estilo Induráin", adelanta Bruno Roussel, el director del Festina, nuevo equipo del suizo. Éste llega a la alta montaña con 3.48m de ventaja sobre Pantani, un colchón de tiempo suficiente para actuar sin miramientos a la defensiva, para seguir marcándose su ritmo, alto, altísimo, y el que lo intente reventar, que reviente. A Pantani, el puro, purísimo escalador, no le queda más remedio que aceptar la triste personalidad del Chiappucci de entonces. Intentar el ataque desde lejos y conformarse, si no hace explotar a Zülle, con el reconocimiento a su hálito épico y con victorias de etapa. Y el enigmático Tonkov, el zar enmascarado, deberá hacer de Rominger y marchar en el grupo de Zülle (no tiene capacidad de respuesta para la explosividad de Pantani) esperando a ver algún gesto de desfallecimiento en el rostro del suizo para atacarle. Y aunque los dos logren acabar con las reservas escaladoras de Zülle, a éste aún le queda en la recámara la contrarreloj larga del sábado.

El ciclismo español colocó a un corredor entre los 10 primeros. El corredor de Vitalicio Seguros Juan Carlos Domínguez (cuarto en la contrarreloj, a 2m de Zülle) es noveno en la general, a 5.50m del suizo.

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