CATÓLICOS PERO PROTESTANTES
La boda del príncipe Mauricio de Holanda, sobrino de la reina Beatriz, y la joven Marilène, que además de plebeya es católica, ha pasado de ser un acontecimiento social a provocar toda una conmoción religiosa. Tras el permiso del Parlamento que permitió a Mauricio, protestante de toda la vida, mantener sus derechos sucesorios al trono, las autoridades eclesiásticas lograron llegar a un acuerdo para que la ceremonia religiosa se concelebrase por un sacerdote católico y un pastor protestante. Hubo varios tira y afloja y finalmente se acordó que el protestante se mantuviera al margen durante la c...
La boda del príncipe Mauricio de Holanda, sobrino de la reina Beatriz, y la joven Marilène, que además de plebeya es católica, ha pasado de ser un acontecimiento social a provocar toda una conmoción religiosa. Tras el permiso del Parlamento que permitió a Mauricio, protestante de toda la vida, mantener sus derechos sucesorios al trono, las autoridades eclesiásticas lograron llegar a un acuerdo para que la ceremonia religiosa se concelebrase por un sacerdote católico y un pastor protestante. Hubo varios tira y afloja y finalmente se acordó que el protestante se mantuviera al margen durante la consagración y la comunión para respetar las tradiciones católicas que prohíben expresamente que participen miembros de otra religión. La Iglesia de Roma había concedido una dispensa especial a Mauricio, como novio, para que pudiera comulgar. Sin embargo, durante la ceremonia, resultó sorprendentemente que la madre del contrayente, la princesa Margarita, su hermano Bernardo y la reina madre Juliana decidieron como acto de simpatía levantarse a comulgar. Algo que el rito católico considera toda una falta de respeto y que no ha hecho nada de gracia a sus máximos responsables, que han prometido ya una declaración oficial sobre lo ocurrido a lo largo de esta semana.