Tribuna

El gran Madrid anti-Juve

La grandeza del objetivo, el aire mítico de los dos clubes y la futbolización social de estos tiempos se han encargado de multiplicar las expectativas desde hace tres semanas. Ilusión de gloria y amenaza de catástrofe, siempre palabras grandes. Real Madrid y Juventus son algo más que glorias del fútbol; en Amsterdam se enfrentan dos referentes de poder, al menos esa es la percepción histórica: Real Madrid (poder político), Juventus (poder económico). El lindo punto de partida para las exageraciones que el fútbol suele cultivar. Pero las palabras previas se están acabando porque no se puede dec...

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La grandeza del objetivo, el aire mítico de los dos clubes y la futbolización social de estos tiempos se han encargado de multiplicar las expectativas desde hace tres semanas. Ilusión de gloria y amenaza de catástrofe, siempre palabras grandes. Real Madrid y Juventus son algo más que glorias del fútbol; en Amsterdam se enfrentan dos referentes de poder, al menos esa es la percepción histórica: Real Madrid (poder político), Juventus (poder económico). El lindo punto de partida para las exageraciones que el fútbol suele cultivar. Pero las palabras previas se están acabando porque no se puede decir más de lo que se dijo. Está ahí. ¿Cuántas vueltas habrá dado el balón en la imaginación de los jugadores? Puesto que aún hay tiempo para los juegos de la imaginación, propongo jugar a ser optimistas.La Juve es un equipo de gran fuerza física, pero los hombres nunca corrieron más que la pelota y la fuerza nunca pudo chocar contra el amague. La Juve es un equipo muy táctico, pero en el fútbol todavía no se inventó nada que supere en eficacia al talento. Las virtudes colectivas transmiten seguridad, por las mismas razones que ir en pandilla nos hace un poco más valientes. En esa capacidad de servicio atlética y solidaria, la Juve basa su éxito; no hay misterios: orden, músculo y cautela. ¿Un ejemplo? Di Livio hace varios días que sólo piensa en marcar a un defensor (de-fen-sor) del Real Madrid: Roberto Carlos. Hostigamiento defensivo y subidas controladas de los defensores, combatividad en los tres hombres del centro del campo: Di Livio, Deschamps y Davids, motores del equipo a los que imagino con hélices en la espalda trillando el campo con la intención de quitar el balón y darle aceleración al juego. Desde ahí sí que conviene empezar a respetar porque aparecen la inteligencia (Zidane), la fantasía (Del Piero) y la puntería (Inzaghi).

Contra un equipo que intimida por su cultura del triunfo, el Madrid tiene un arma: la de los nombres propios. Virtudes colectivas contra inspiración individual. ¿Por qué no? Hay que rellenar el talento de fe y para eso sirve la vanidad del artista, la frustración de la temporada como excusa para la venganza y el sentido histórico. El gran Madrid anti-Juve existe; es la suma de once talentos entusiasmados. Y si no se entusiasman esta noche...

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